EXTRACTOS
DEL CUARTO VOLUMEN “La otra realidad”
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Líderes de opinión
Y siguen
empeñados en continuar la farsa del Sistema. Piensan que limpiando la
superficie del lecho acuoso del Sistema con sus reformas, el fondo dejará de
filtrar la porquería que lo ensucia. Cuando los periodistas, analistas,
filósofos, escritores y toda suerte de “intelectuales” líderes de opinión
asiduos al Sistema, opinan sobre las bondades del Sistema o sobre lo que hay
que cambiar en él para alcanzar el objetivo utópico de bienestar general, ya
sea que 1) lo hacen de buena fe, pero sin plena consciencia de lo que involucra
lo están diciendo, o 2) son gatilleros ideológicos del Sistema del poder,
perfectamente conscientes de su perversidad a favor de beneficios personales o
de grupo de corto o nulo alcance desde el punto de vista de la colectividad.
Los medios son los emisores de la dialéctica sistémica; dictan las normas de
comportamiento y de pensamiento de las personas, todo a favor de la
continuidad; funcionan como la pantalla que impide ver la realidad objetiva
sustituyéndola por la realidad sistémica.
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El doble juego perverso de los nacidos del poder
Ayer, en los
inicios de lo que ahora son grandes consorcios u organizaciones sociales,
empresariales, etc., una gran cantidad de hechos inmorales sirvieron para dar
origen y crecimiento a estas organizaciones. Hoy, las mismas que se fundaron y
crecieron al amparo inmoral del Estado, se presentan como ejemplos de
moralidad; mantienen campañas mediáticas para exaltar su moral y pedir a la
ciudadanía que denuncie a los corruptos. Se nos presentan como los grandes
moralistas a nivel mediático, como si ellos hubiesen nacido y se hubiesen
desarrollado limpiamente, dentro de la observancia de todo marco legal y
partiendo de principios de honestidad, respeto, moralidad y solidaridad.
Todos
estamos sujetos a cometer errores y todos tenemos derecho a rectificarlos y
cambiar, pero estas organizaciones pro Sistema, en realidad son hipócritas, ya
que ante la ocasión de un beneficio accesible sólo por medios inmorales, no
pierden la oportunidad de aprovecharlo.
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Ganar
por sobre todo lo demás (la médula del mal)
Para tener
acceso a los productos y servicios necesarios para sobrevivir y para el
desarrollo, para casi cualquier cosa reivindicada por el Sistema, es
indispensable el dinero. Pero el dinero no se recibe de acuerdo a tales
necesidades, sino que el Sistema nos arroja a obtenerlo como podamos, legal o
ilegalmente, con mesura o en exceso, no importa. Para “evitar” los abusos, nos
impone un marco legal, donde hay muchas restricciones (algunas correctas), pero
muy poco de derechos y libertades (lo que de esto hay, es selectivo y
discreto). Pero no todo es negativo (en apariencia), pues dentro de las
oportunidades, hay mucho de donde sacar partida, pero, ¿por qué señalo “en
apariencia”?. Veamos:
Una persona,
en determinado momento hace algo que le reporta ganancias, en general buscará
seguir haciendo lo mismo para seguir ganando. Con el tiempo, no importará si
sus objetivos iniciales fueron rebasados, siempre tendrá nuevos y más altos
objetivos, como si su existencia fuera a ser eterna de modo que pudiera gastar
todo lo que ha acumulado. Los excedentes económicos ya no servirán para
satisfacer sus necesidades básicas y complementarias, sino servirán casi en
exclusiva para seguir acumulando riqueza y con esta, poder. La vehemencia por
la acumulación de poder y riqueza se convierte en una enfermedad casi
incurable. Los límites sociales y legales para alcanzar los nuevos objetivos
van dejando de ser importantes porque se va perdiendo la consciencia humana y
la misma acumulación va facilitando darle la vuelta al marco legal o inclusive,
modificar dicho marco a conveniencia.
Toda
ganancia siempre va acompañada de una pérdida. Así, cuando los europeos
colonizaron América o zonas de África, protagonizaron la extinción de miles de
especies animales y vegetales, todo en pos de fama y frivolidad, o en pos de
edificar importantes riquezas económicas personales, mismas que lejos de
representar un bien equivalente al mal producido, han financiado otros males
aún mayores, si no en magnitud, sí en extensión. En la actualidad, esa misma
irracionalidad, manifiesta igual o de formas diferentes, sigue poniendo en
riesgo el ecosistema, sigue preferenciando lo económico y lo comercial sobre lo
humanístico y natural.
El Sistema
ha patentado una forma de ver la vida que radica en el éxito, pero el éxito es
dependiente del triunfo, en cualquier actividad humana sea física o mental.
Desde una perspectiva donde existen límites sobre las formas de obtener el
triunfo, esta concepción suena coherente con la naturaleza humana, pero si
estos límites se pueden transgredir y quedar impune tiene una alta probabilidad
de éxito, el resultado es generalmente nocivo para el conjunto de la sociedad.
Cuando los poderosos tienen a su servicio las instancias para obtener lo que
quieren y para no ser descubiertos ni castigados por el marco legal, o cuando
pueden cambiar dicho marco a su conveniencia, pueden hacer cualquier cosa para
mantener sus privilegios. Para el Sistema no importa la forma de obtener el
éxito, sino obtenerlo y expresarlo públicamente para ser ensalzado. Al exitoso,
la sociedad lo respeta y lo sigue (eso nos enseñan); es un ejemplo a seguir.
Ganar se convierte en el principal objetivo de vida cuando las necesidades
básicas has sido satisfechas o como una forma de asegurarse de que siempre lo
estén. La búsqueda del reconocimiento público a través del éxito, se convierte
en una obsesión personal. La búsqueda de fama y dinero en todos los niveles es
la búsqueda de satisfacer las necesidades secundarias y terciarias que el
Sistema establece; placer, poder, impunidad, comodidad, predominio, liderazgo,
etc., nada tienen que ver con el desarrollo humano individual y mucho menos el
social.
Esos mismos
límites que para los poderosos no representan obstáculo alguno, se mantienen y
se hacen efectivos para el resto de la población. Todo aquél que obre fuera de
ellos, será señalado, perseguido y castigado. Por ejemplo, si un grupo social
se organiza para protestar por lo que piensa es una injusticia, haciendo un
plantón o llevando a cabo una manifestación pública, el Estado, en pleno uso de
sus facultades legales, lo reprimirá y disolverá en la primera oportunidad; la
opinión pública se centrará en los perjuicios sociales de la acción de protesta
y perderá la visión sobre el origen de la protesta, que es la injusticia. El
problema pasa de ser la búsqueda de la justicia, a ser la no trasgresión del
marco legal, es decir, el Sistema se encarga de que la población perciba que es
más importante reprimir la protesta si esta transgrede la normatividad legal,
que la falta de atención del Estado para la solución de la injusticia social.
Los límites
que regulen la conducta de las personas en su búsqueda por alcanzar sus
realizaciones personales, económicas, profesionales, etc., sólo pueden estar
basados en el respeto a los derechos de los demás y seguir esta línea, sólo es
posible con una consciencia humana evolucionada, es decir, los límites los
establecen los principios de cada persona o grupo donde el respeto a esos
principios se dicta por convicción objetiva y no por normatividad legal. Para
que esto funcione, sólo un nivel de consciencia humana acorde con la integridad
social, es efectivo. Entonces el Estado, antes de preocuparse por establecer
leyes escritas y perseguir a los transgresores, debe abocarse a garantizar el
desarrollo de la consciencia social que permita la convivencia de las personas
en un marco de respeto. Esto es, un Estado de transición desde una perspectiva
sistémica, hacia una humanística a costa de su eventual desaparición.
Pero la
transición no es dependiente en exclusiva de un Estado de transición, es sólo
un camino, pues no quiere decir que el cambio necesite forzosamente la
intervención del Estado, pues este puede igual desaparecer sin convertirse bajo
la presión de una masa social liberada del Sistema. La intervención del Estado
es deseable para que el cambio se realice más rápidamente, pero no es
indispensable y existe un riesgo: que los gobernantes, los que llevan las
riendas del Estado de transición, cedan ante las presiones sistémicas y las
ambiciones de poder, dando como resultado una transición eterna que nunca se
concrete por no llevar el proceso a la desaparición del Estado. Es por ello,
que dichos gobernantes deben ser personas liberadas del Sistema y con una
consciencia desarrollada para que la intervención del Estado no resulte
contraproducente, tal como lo fue en el Comunismo.
Pero cómo
hacer que el esqueleto del Sistema, el brazo ejecutor del mismo, que es el
Estado, se convierta en su verdugo. Un Estado suicida que busque la
desaparición del Sistema con todos sus vicios e incongruencias, sólo es posible
si dicho Estado, ha sido curado de esos vicios e incongruencias. La única forma
de lograr esto, es que quienes gobiernan desde el Estado, se hayan liberado y
formen una masa crítica dentro del mismo para hacer que todos los demás se
liberen. Primero, que los liberados tengan acceso al control de una parte
importante del Estado; luego que fortalezcan esa presencia hasta que la
conciencia predomine en la toma de decisiones; finalmente, reproducir esa
consciencia con los medios del Estado hacia el exterior, hacia la sociedad
subyacente, mediante una verdadera democracia y a través de hacer que las
nuevas leyes sean efectivamente instrumentos en beneficio común, no sólo de
ciertos grupos o para destinatarios con ciertas condiciones socio políticas.
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La energía y el agua
Los dueños
del mundo, los que toman las decisiones por nosotros, requieren para mantener
al resto de la población alejada de las pugnas por el poder, tres elementos
básicos: 1) el control de la energía; 2) el control de los satisfactores
básico, y; 3) el control de la tecnología. Con estos tres elementos, no sólo
restan posibilidades a otros grupos en la lucha por el poder, sino que también
les permite mantener el control de los pueblos del mundo. El gran aliado de
estos grupos de poder, es sin más, el Sistema. Para ello, ya hemos visto cómo
presentan al Sistema como la mejor forma de vida civilizada que “la humanidad
pensante” ha inventado para garantizar su bienestar. No existe un argumento en
contra del Sistema en su conjunto, tan sólo en sus deficiencias, las cuales se
presentan como problemas con solución. Es más, cualquier argumento que ponga el
dedo en la llaga, más que concienciar, ofende y escandaliza a la población
dogmatizada, es decir, al 99.99% del mundo occidental. Otro problema en
denunciar al Sistema, es que el lector carente de consciencia, no lo entiende.
Para que logre entenderlo, necesitaría librarse de los dogmas del Sistema,
arrancar de raíz lo que hoy, representa aquello que “garantiza” su seguridad.
De cualquier
forma, que no se entiendan muchas cosas, no es pretexto para no decirlas. Los
dueños del mundo saben que su poder está en permanente amenaza y, si la toma de
consciencia se llega a dar, su fin no tiene salvación. Tener el control de los
satisfactores básico, es una de sus prioridades, de la cual depende en gran
medida que la toma de consciencia de la gente no represente su caída; tomar el
control de los alimentos, del agua, del aire, etc., es algo que se ha ido
gestando gracias a la tecnología y a la economía de mercado, pero aún están
lejos de concretar su control total. Sin embargo, los alimentos sin agua, no
son viables, por lo que si controlan el agua, controlarán todo que a ella se
asocia.
Bajo el
pretexto de la escasez, se empieza a gestar una normatividad a nivel mundial
sobre la explotación y uso del agua. Sin embargo esta normatividad no tiene
como objetivo ayudar a preservar el recurso, como así se presenta, sino
apoderarse de su control. La forma de concretar este control, es mediante la
inversión en mega proyectos desde la iniciativa privada.
Por el lado
de la energía, se pretende de igual manera su control, tanto por razones
económicas como por razones de control social, tecnológico y político. Los
países con un Estado débil y con un territorio que cuenta con recursos
energéticos, están en la mira de los inversionistas internacionales. Para ello,
argumentan que el desarrollo de la tecnología que asegure la distribución de la
energía, requiere de la inversión privada. No es casualidad que sea exactamente
el mismo argumento que esgrimen para el caso del agua.
Respecto a
la tecnología, ya la tienen. Se han adueñado no sólo de las tecnologías más
críticas sino de los canales para que cualquier nueva tecnología vaya a parar a
sus manos si es que dicha tecnología quiere desarrollarse y mantenerse. Este
recurso que es el producto de la inteligencia humana, ya lo hemos perdido.
Imaginemos el mundo cuando hayamos perdido por completo el control sobre el
agua y sobre la energía. ¿qué hombre o grupo tendrá la capacidad para oponerse
a los poderosos? ¿quién si no los poderosos podrá cambiar al mundo? ¿quiénes
serán los únicos que decidan sobre el rumbo de la humanidad?
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La ecología
La ecología
es el garante de la economía. Obviamente, los economistas al servicio de los
intereses económicos de los inversionistas y de los Estados, realizan su
trabajo sin la menor idea de lo que esto significa. La escuela económica de
Milton Freedman, predominante en nuestro tiempo, además de ser una de las
teorías más inhumanas y aberrantes de la historia de la humanidad, está completamente
alejada del ecologismo. Esta irracionalidad y falta de seso, redundará en el
futuro en el agotamiento de los recursos indispensables para mantener un
aparato productivo dirigido hacia la ganancia económica y al consumo en masa.
Pero eso no es lo que desde mi punto de vista resulta digno de tratarse, sino
el impacto ecológico que este modelo está ocasionando. Miles de hectáreas de
bosque están siendo afectadas y arrasadas, con consecuencias a nivel global de
difícil predicción; cambios de clima que ocasionarán un notable incremento de
la hambruna en el mundo; miles de millones de galones de agua, mantos acuíferos
y océanos que no pueden continuar su delicado ciclo debido a los contaminantes
que los inundan; cientos de especies animales y vegetales que son una riqueza
inconmensurable, están siendo objeto de la extinción, alterando los ciclos
naturales de vida del globo terráqueo. Todo en pos de mantener un Sistema
caduco y decadente, a pesar de los impresionantes avances tecnológicos, en
manos claro, de los inversores, pero cuyo impacto negativo ocurre con mayor
frecuencia y más rápido, que la tecnología necesaria para revertirse. El
Sistema está cavando su propia tumba pero tal situación no me alegra, porque en
el camino se encuentra a la humanidad misma. Los organismos internacionales
están adoptando modelos llamados de “desarrollo sustentable”, como una medida
de evitar las consecuencias dañinas de lo que el mundo sistematizado llama “el
costo del progreso”, pero estos modelos y las políticas de ellos se desprenden
no son ni serán capaces jamás de cumplir su cometido, sólo de retrasar el
inevitable final. La razón es muy simple y es que como siempre, se puede tocar
todo, menos la raíz del problema, es decir, al Sistema.
Tanto la
escuela económica de Freedman, como los programas de desarrollo sustentable,
son claras muestras de la casi inmovilidad del Sistema a través de los siglos
en muchos sentidos. Si bien, las teorías económicas de este economista son
consideradas vanguardistas, no representan más que la sistematización, axiomatización y fine tune de
prácticas y conceptos desarrollados desde una de las primeras civilizaciones.
En Sumer, la existencia de un Estado poderoso, dentro de una civilización
(organización de seres con relaciones complejas, comercio completamente
desarrollado, cultura, sociedad dividida por actividad, herencia y posibilidad
económica inmerso en un ambiente urbano), sólo es explicable si la práctica
económica producto del comercio, el gobierno y la cultura, se encuentra en una
etapa de desarrollo elevada. Freedman agrega algunos elementos producto del
desarrollo de las entidades productivas, su cultura y su dinamismo, para
teorizar esquemáticamente lo mismo que se sabía hace 5,000 años. Por el lado de
los programas de desarrollo sustentable, la inmovilidad del Sistema se refleja
en que hemos tardado miles de años en hacer consciencia de algo que desde el
principio, era evidente a primera vista; sólo cuando la lumbre nos empieza a
llegar a los aparejos, es que ponemos atención a la realidad ecológica.
La protección de
la ecología y por ende, de la vida en el planeta, tiene que iniciar con la
conscientización de la población mundial, porque de otra manera, esta
protección seguirá dirigida desde y hacia la protección primero de los
intereses económicos de los poderosos. La liberación de la consciencia es la
parte medular del proteccionismo ecológico, porque este requiere la abolición
del Sistema. No hay nada más claro que esto.
Sin embargo,
nos dicen que basta con la toma de conciencia ecológica (es decir, no del todo
integrada a la consciencia humana del individuo en sus libertades) y con poner
atención, tecnología y recursos en la solución de los problemas más evidentes
que perturban el equilibrio ecológico. Esto no es cierto, por ejemplo, para
resolver el problema de la basura, se induce la toma de conciencia sobre los
males que esta provoca, luego se adoptan políticas para reducir la cantidad de
basura que se tira en las calles o la que se acumula en los alrededores de la mancha
urbana, luego hacen más eficiente la recolección de la basura y la clasifican
para reciclar lo que se puede reciclar; si hay sobrantes que no son
reutilizables, se cavan hoyos en la tierra para arrojarlos ahí o se incineran,
y de acuerdo al objetivo inicial, se dice que el problema se ha resuelto. ¿en
verdad se resolvió el problema? ¿en qué parte de la solución se pensó en la no
generación de basura? ¿en qué parte se consideró a los productores para que
desarrollen otro tipo de contenedores? ¿en qué parte se consideró que los
desechos enterrados no contaminaran la tierra circundante y los mantos
acuíferos subterráneos o la atmósfera al incinerarlos? ¿en qué parte se hizo
conciencia sobre el desperdicio excesivo del consumidor? ¿en qué parte se
consideró la contaminación que involucra la recolección, almacenamiento y
reciclaje de la basura?. Es obvio que por ser estas cuestiones en su mayoría
perjudiciales para mantener el equilibrio económico de los inversores, ni
siquiera se ponen sobre la mesa de discusión, salvo cuando son demasiado
obvias, y aún así, se defienden a capa y espada con el mismo viejo cuento de
que ellas son el garante del progreso. Las soluciones, consciente o
inconscientemente, empiezan a diseñarse a partir de donde se presenta el impacto,
no a partir de su raíz. Algunos ingenieros logran salirse de esa lógica de
pensamiento y han desarrollado soluciones verdaderas, como los bolígrafos
ecológicos que al terminarse se siembran y sirven de abono orgánico para la
nueva planta que de ahí nace.
Pero el
problema no son las grandes empresas que, debido a su escala, por obvias
razones son las que más daño causan a la ecología. El problema es lo que las
mueve, es decir, la ganancia económica. Un mundo lleno de grandes empresas bien
podría evitar el deterioro ecológico o en su defecto, revertir los daños en un
tiempo aceptable, si su primicia no fuera de origen monetario en el sentido
pérdida / ganancia, sino social bajo la perspectiva global, es decir, no solo
tomando en cuenta el impacto ambiental de los productos y servicios, su
distribución y consumo, sino también los procesos involucrados en su producción. Sin embargo, el Sistema impide
que una empresa social pueda tener éxito en la mayoría de los ramos industriales
y comerciales, no importa si opera bajo un régimen liberal o bajo un régimen
protegido, porque una empresa con esta característica deja de ser competitiva
económicamente frente a sus similares que tengan un objetivo principalmente
económico. La tesis de Milton Freedman no es otra cosa que decir: “para ser
exitoso hay que tomar todas las ventajas que ofrece el mercado sin importar los
aspectos colaterales, porque estos son externos al negocio”, es decir, los que
no aportan valor, lo que muchas empresas llevan al extremo al violentar incluso
las leyes. Un ejemplo claro es la General Electric, para la cual no importan ni
leyes, ni moral ni nada con tal de acrecentar el valor de la inversión de los
accionistas. Esto tiene su origen en la educación que reciben los futuros
directores financieros de las empresas, a los que se les enseña, como regla
inapelable, que su principal misión, de la cual se desprenderá su posterior
evaluación, es la de hacer lo necesario para incrementar el valor de las
acciones de los inversionistas. No hace falta ser un genio para deducir el
resultado que esta máxima provoca tanto a nivel social como a nivel económico y
ambiental. Ante un régimen protegido, el deterioro de la competitividad, el
caso omiso al impacto ambiental, el monopolio y la pérdida de la innovación; en
un régimen liberal, la violación de las leyes ambientales, la sobre explotación
de los recursos y los empleados, la sangría del sector social y la búsqueda de
la escala para agobiar la sana competencia.
La humanidad
debería entrar en el debate entre las supuestas ventajas y las claras
desventajas de las grandes empresas privadas, pero el debate no se da porque
existe el temor de que sin estas empresas y el capital que manejan, el progreso
y bienestar se vería amenazado. Se analiza desde el punto de vista de la
certeza que da un Sistema basado en el comercio para satisfacer las necesidades
de la población, y se deja de lado el análisis que pone en entredicho al
Sistema mismo, es decir, bajo el marco de referencia del Sistema, el resultado
siempre será a favor de la iniciativa privada; para ver la realidad sin sesgo y
sin vicios, es necesario cambiar el marco de referencia, cosa por ahora sólo
posible en el ámbito mental (ideológico, filosófico, teórico, etc.).
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El sobrecalentamiento y la
contaminación
El
sobrecalentamiento de la Tierra, tiene su principal origen en la emisión de
dióxido de carbono a la atmósfera, producto de la actividad industrial y del
transporte vehicular. Las empresas que dominan la venta de hidrocarburos,
representan un gigante que mueve miles de millones de dólares anuales, con lo
cual ejercen fuertes presiones a los gobiernos de los países y a la industria
dependiente de estos energéticos, que van encaminadas a mantener e incrementar
dicha dependencia en el uso de hidrocarburos como fuente de energía. Aunque
están demostrados los efectos negativos que la combustión ejerce sobre el clima
de la Tierra, estas empresas parecen decididas a continuar con su política
expansionista hasta agotar las reservas petroleras mundiales con dos objetivos
básicos: 1) que los precios se incrementen exorbitantemente cuando llegue la
carestía, y; 2) desanimar la utilización de otras fuentes de energía
obstaculizando los avances en el área. El primer objetivo busca alcanzar una
acumulación monetaria sin precedentes y seguir manteniendo su poder de
injerencia dentro de los Estados y las empresas dependientes. En tanto el
segundo objetivo, busca que antes que la investigación y desarrollo tecnológico
haga viable la utilización de otras fuentes de energía, se llegue al punto de
agotamiento de las reservas de hidrocarburos.
Sin embargo,
el tiempo de agotamiento de las reservas probadas de hidrocarburos excede el
tiempo que la Tierra puede absorber y equilibrar los cambios climáticos debidos
al incremento de CO2. Pero esto a los inversionistas no les interesa; el
Sistema se mueve por encima de los intereses generales predominando los
intereses económicos. Esto mismo sucede con infinidad de tecnologías
contaminantes del aire, la tierra y el agua, con consecuencias extremadamente
dañinas no del todo previstas. En el pináculo de la estupidez humana, no se
admite la quiebra de una empresa transnacional no obstante los perjuicios,
muchas veces irreversibles, sobre la vida animal y vegetal del planeta.
Antes que
las reservas de hidrocarburos llegue al punto de agotamiento, el planeta habrá
experimentado cambios climáticos que, financieramente hablando, causarán más
pérdidas que la quiebra de las empresas que dominan el negocio. Si a estas
pérdidas sumamos lo más importante, es decir, los perjuicios sobre el
equilibrio vital del hábitat, las pérdidas totales son inaceptables. Los
inversores lo saben, pero en un mundo donde manda el capital, prefieren el
sacrificio global que el propio. A estas alturas de deterioro ambiental,
quienes insisten, por razones económicas, en la utilización de tecnologías
contaminantes, deben ser considerados como seres irracionales, enfermos y
principales responsables de los daños al equilibrio ambiental.
Sin embargo,
sólo la muerte del Sistema permitiría detener de tajo a estos elementos
nocivos. De otra forma, no importa la velocidad permisible de los cambios
positivos, la humanidad no tendrá la capacidad de revertir a tiempo las
consecuencias nefastas de la contaminación. En este sentido, la humanidad tiene
dos alternativas para la salvación: 1) una catástrofe mundial que reviente los
sistemas de seguridad de los Estados del mundo haciendo inoperantes los
controles del Sistema, o; 2) el derrocamiento y abolición del Sistema por parte
de la población.
Lo más
probable, de acuerdo a las tendencias actuales y al asfixiante control del
Sistema sobre las mentes de las personas, es que ocurra lo primero, ya sea por
fenómenos ajenos al control humano, por fenómenos causados por la humanidad o, lo
más probable, una combinación de ambos tipos de fenómenos.
Se ha
calculado que para el año 2100, si se mantiene el ritmo de incremento de
temperatura, el 80% de la vida tal como la conocemos, perecerá bajo el influjo
de las altas temperaturas y otros fenómenos climáticos asociados con estas.
Pero si sumamos al incremento de temperaturas, los efectos que otros tipos de
contaminación ocasionan, para el año 2050, la humanidad estará en la disyuntiva
de cambiar todos sus paradigmas y enterrar al Sistema, o perecer en pocos años
bajo su propia estupidez.
Hay que
señalar que ese tiempo se ha extendido gracias a la tecnología, ya que con el
nivel de densidad de población y con la contaminación de los mantos acuíferos
superficiales, la humanidad desde hace años hubiera tenido serias dificultades
para continuar con su tan elogiado “progreso”. Por ejemplo, la Ciudad de
México, la más poblada del mundo, se asienta en una meseta a más de 2000 metros
sobre el nivel del mar y está rodeada de montañas, sin la tecnología para
extraer agua del subsuelo y otras tecnologías para hacer subir agua de los
mantos acuíferos superficiales, esta Ciudad habría dejado de ser viable desde
que sus ríos fueron usados como drenajes para expulsar los desechos
industriales y de toda índole. Las tecnologías que la mantienen viva son, por
otro lado, partícipes de otras consecuencias nocivas que no se reflejan en el
corto plazo, pero que están provocando daños que en el mediano y largo plazo
tendrán repercusiones muy serias sobre el entorno que rodea a la Ciudad y sobre
su misma población. Es bien sabido que esos ríos de desechos, van a alimentar
campos donde se cultiva una buena parte de los alimentos que se comercializan
en la Ciudad, lo cual provoca el incremento de padecimientos degenerativos y
mortales como el cáncer entre la población, aunado esto al daño ocasionado a
las tierras de cultivo, las cuales pueden tardar más de cien años en recuperar
sus condiciones para una agricultura sana.
Pero ya
vienen los esquizofrénicos defensores del medio ambiente presionando para que
se legisle a favor de los no fumadores. Es correcto defender estos principios
de salud, pero es increíblemente estúpido hacerlo antes o al menos no hacerlo
al mismo tiempo que se defienden otros principios mucho más importantes y,
aunque quizá sean menos notorios en el corto plazo, en el largo plazo son más
letales. Es como exigir se atienda médicamente a un enfermo por una cortada en
la mano, que se puede gangrenar, sin exigir que se le atienda de un cáncer que
tarde o temprano lo va a matar. Y no lo hacen porque eso representa, para tener
éxito, necesariamente ir contra el Sistema. Organizaciones como Green Peace, se
deshacen por tratar de evitar la caza de ballenas pero no obtendrán los
resultados esperados porque atacan al fruto del árbol contaminado y no a la
raíz, que es, netamente económica, es decir, sistémica (la razón de la economía
sobre la razón del equilibrio de vida). Una persona que fuma en exceso,
contamina 1000 veces más con su vehículo si lo utiliza 2 horas al día. Tal
parece que se piensa que las emisiones al aire libre van a desaparecer por sí
solas. Pero lo peor no queda en las emisiones, desde la fabricación del
automóvil se contamina aire, tierra y agua, desde la fabricación de los metales
y plásticos que lo conforman, hasta las baterías, llantas y agregados, los
cuales también contaminan al momento de desecharlos.
Luego vienen
los defensores de la civilización y lo más inteligente que se les ocurre decir
es que “es el costo que hay que pagar por el progreso”. Se necesita tener heces
fecales en la cabeza para defender la irracionalidad con frases tan estúpidas.
La situación no se entiende o si se entiende no se actúa porque se cree que
todo radica en un problema económico ligado al bienestar y que la tecnología
nos va librar de todos los errores y de todos los males, cuando el verdadero
problema es de cultura que se remite a un problema de consciencia de especie
(obnubilada por el Sistema).
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El caso Juárez
Juárez, como
un indígena nacido en la colonia Española de la Nueva España, vive en carne
propia la discriminación racial y de condición de clase. Tiene la oportunidad
de elegir entre estudiar en un seminario católico o en la Escuela de Ciencias y
Artes. Se decide por esta última al comprobar que por el lado religioso, si
bien se declaraba una igualdad humana teológica, en los hechos, sobre los
derechos sociales y políticos de la sociedad, no aplicaba. Su razón y su error
se sustentan en una fe ciega en un marco legal llevado al pie de la letra. Si esto
fuera posible en todos los casos, el Sistema sería un sistema mucho más
adecuado para el desarrollo de la humanidad.
Sin embargo,
esta condición de apego a la legalidad, a lo largo de la historia de los
pueblos, se ha dado en casos contados. Predomina siempre el interés personal y
de grupo por sobre el interés general. Aún así, este Sistema no es capaz de
establecer las condiciones necesarias para lograr la igualdad real entre todos
los seres humanos, simplemente porque si bien el gobierno se apegue a la ley,
el liberalismo social sustentado en la libertad, tarde o temprano terminará por
corromper la estructura del Estado hacia condiciones de conveniencia de grupos.
La ley se convierte en letra muerta y en elemento de negociación donde se
aplica en un sentido contra la competencia social desde abajo, y en otro
sentido para beneficiar a los que se han colocado arriba en la escala social.
La falla está precisamente en que el Sistema no garantiza, vaya, ni siquiera
promueve una consciencia social que haga funcionar en la mayoría de los casos,
un sistema de libertades individuales igualitarias. Para que un sistema tal
como lo concebía Juárez funcionara, sería indispensable que los gobiernos en
turno, tuvieran precisamente la misma consciencia de Juárez.
Sin
consciencia humana no hay libertad que perdure; sin la libertad consciente
enmarcada en el respeto y el apego a una normatividad de igualdad integral, no
hay igualdad; sin la igualdad social no puede haber justicia; sin justicia, no
puede haber desarrollo integral humano en el grueso de la población, y; sin
desarrollo integral, es muy difícil que haya consciencia humana.
Tenemos entonces el círculo vicioso que aplica al Sistema que rige al mundo.
Esta es la máxima incongruencia del Sistema.
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La verdad del arte
El arte es
una verdad absoluta pues prevalece como tal en todo tiempo y lugar. Es por eso
que, como bien dijo Picasso, “el arte no evoluciona”. El arte se descubre y
redescubre, y quien hace arte, no crea el arte sino la forma de descubrirle; lo
extrae del lugar oculto donde permanecía. Así, el escultor que talla la piedra,
no hace más que quitar aquello que mantenía oculta la obra. Entre más
entendimiento tiene el artista para extraer ya sea de las palabras, de las
piedras, del metal, de un lienzo, etc., lo que puede contener dentro, mejor
será la manifestación a nuestros sentidos de tal descubrimiento. Un bloque de
piedra, puede contener miles de millones de piezas artísticas dentro de sí,
unas más bellas que otras, unas más evocativas que otras, pero indistintamente,
si se logra conformar el conjunto armónicamente, se puede descubrir una de esas
piezas de arte. En este sentido, el principal y más grande artista, es la
naturaleza.
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El verdadero enemigo
Desde una perspectiva global, como humanidad,
no hay un enemigo encarnado en una persona, es decir, los inversores, los malos
gobernantes (¿hay buenos?), los líderes sindicales corruptos, los ladrones, los
asesinos, los destructores del ecosistema y todos aquellos que de una o de otra
forma dañan a la especie, en el fondo no son los verdaderos enemigos de la
humanidad, sino que también son víctimas del Sistema, porque dentro de la
infinita amalgama de posibilidades de desarrollo, esos mismos seres, pudieron
haber sido casi cualquier otra cosa, menos lo que son. Sus actividades
contrarias a la preservación de la especie, se deben más que nada a las
circunstancias de vida que tuvieron, al Sistema y a la estupidez. Un ser
estúpido, sometido a la influencia negativa del Sistema (una ideología basada
en el poder y la dominación aunada a una serie de principios y valores
trasgiversados) y llevado por las circunstancias a una posición donde siente
que su seguridad tiene que ver con determinados actos, muy probablemente, por
ser estúpido, terminará llevando a cabo esos actos sin pensar o sin importarle
que con ellos está perjudicando a sus semejantes, porque además ni siquiera los
ve como tales. Ellos son las principales víctimas del Sistema que tanto
protegen; han sido los especimenes humanos más débiles para resistirse a las
luces que ofrece el Sistema. Ver las cosas desde esta perspectiva, me hizo
inferir, como se estableció en el primer volumen, que el Sistema es una
enfermedad que tiene contagiada a la mayor parte de la gente de este planeta.
Sin embargo,
hay una esperanza respecto a los que están enfermos por el poder y la riqueza,
y es que han formado grupos interdisciplinarios para conseguir sus fines, tan
profesionales y tan meticulosos, que tarde o temprano terminarán por recomendar
el fin del Sistema porque en caso contrario la destrucción terminará por
llevarse todo al arroyo, y decir todo es todo, a la especie misma. Lo
lamentable es que para que estos consejeros se den cuenta o se atrevan a decir
la verdad, es que pueden pasar todavía muchas generaciones o que se llegue al
punto del no retorno, donde ya de nada serviría. Esta obra, que más que obra es
una llamada de alerta, tiene por objetivo, como ya se ha dicho, que el cambio
llegue a tiempo a través de una medicina llamada razón. Pero como no todo
depende de la razón, se plantea este otro texto.
...
De
extraterrestres:
La
concepción agregada artificialmente a los posibles extraterrestres, que de
existir, visiten nuestro planeta, es además de errónea, tendenciosa y
comparativa al espíritu humano de conquista y dominio por la fuerza, totalmente
absurda. Veamos: si una civilización hipotética llegara a adquirir tal
conocimiento y tecnología para realizar lo que para nosotros es técnicamente
imposible, es decir, viajar en breves
espacios de tiempo a través de distancias inconmensurables, sólo sería posible
hacerlo a una velocidad muy superior a la velocidad de la luz, lo que aporta el
principal argumento para negar a estas supuestas apariciones, sería absurdo
pensar que con este nivel de desarrollo se encontraran atrapados en un Sistema
como es nuestro caso. No es posible. El desarrollo que depende de la evolución,
necesita de un ambiente propicio para alcanzar dicha evolución y dicho
desarrollo. Es así que una civilización como la nuestra, bajo el presente
esquema, no puede aspirar a elevarse por encima de las limitaciones que impone
una hazaña de tal envergadura; somos aborígenes (en el sentido de desarrollo
tecnológico y cultural) respecto a una sociedad verdaderamente evolucionada.
Dicho de otra forma: a causa directa de la influencia retrógrada del Sistema
sobre nuestras vidas y formas de organización, no podemos aspirar a trascender
más allá de ciertos niveles de conocimiento y desarrollo en general, por lo que
el dominio de nuestro entorno próximo en el Universo, fuera de nuestro planeta,
es imposible.
Entonces,
volviendo a un hipotético extraterreno, que venga con intención de conquistar y
dominar por la fuerza a nuestra sociedad, es un absurdo que nace de la
percepción errónea y notoriamente viciada de que el desarrollo y superioridad
de tal ser proviene de un proceso similar al nuestro (un Sistema extraterreno)
pero con más tiempo de exposición al mismo, es decir, más avanzado
históricamente. También se liga con la idea de que si existen, deben pensar y
sentir igual que nosotros, o sea, que también son ambiciosos, corruptos, con
una consciencia decadente tendiente a la destrucción irresponsable. La verdad
es que este modelo no es aplicable a una civilización de alto desarrollo, pues
de ser así, jamás lo habrían alcanzado por esa misma contraposición evolutiva
que nosotros, sin embargo, sí padecemos.
Entonces
ideas como las que exponen “La Guerra de los Mundos”, la “Guerra de las
Galaxias”, etc., no pueden ser racionalmente admitidas. Aunque algunos podrán
argumentar que es el mismo caso de la conquista de América, donde una sociedad
menos avanzada en lo que se refiere a la consciencia, pero más desarrollada en
lo tecnológico, llegó y por la fuerza se impuso a la sociedad prehispánica, la cual
a duras penas estaba transitando desde la edad de piedra, hasta la de bronce.
El argumento, aunque suena lógico y extrapolable a la realidad actual, no lo es
dentro de una realidad donde se manifestasen seres de otros mundos, por la
sencilla razón que el gradiente tecnológico en muy diferente entre las
sociedades locales y las hipotéticas sociedades extraterrestres respecto a
nosotros, es la última frontera, no un paso más; representa el círculo
completo. Pero más aún, a que en tiempos de las conquistas de los siglos
pasados, la humanidad no tenía el poder tecnológico bélico para destruir la
vida en amplias regiones del planeta, hasta llegar a la posibilidad de
extinguir toda forma de vida sobre la Tierra. Si nuestra civilización tuviera
el poder de visitar otros mundos en actitud bélica sobre sociedades menos
evolucionadas, antes de lograr tal hazaña, un poder tan grande en manos de una
consciencia tan pobre, redundaría en su propia aniquilación. No creo que una
sociedad extraterrena sea un niño con una pistola. Pero no conceda por conceder
y vayamos a hacer un ejercicio a este respecto.
Concedamos
que existen otras civilizaciones en el Universo (por estadística y probabilidad
podríamos concluir que es así), y que dentro de este mosaico existen algunas que
son lo suficientemente avanzadas para trasladarse de un mundo a otro en
relativamente poco tiempo. Si estas civilizaciones dependieran de un modelo
social basado en políticas comerciales ¿qué les podría interesar de una
sociedad atrasada como la nuestra, si tendrían a su alcance otros mundos de su
mismo nivel con quienes comerciar? Respecto a los recursos naturales, ¿qué
interés podrían tener en un planeta en particular como el nuestro si tendrían a
su alcance miles de millones de otros mundos de donde extraer recursos? Con una
tecnología así, el entorno deja de ser cerrado y se ofrece infinito en
recursos. Sólo si la base de su sociedad no fuera basada en lo comercial,
hallarían interés en nuestro mundo, ya sea científico, social, etc., de tal
modo que los ideales de conquista, extracción de riquezas y dominio dejan de
tener sentido. Por un lado, si una civilización avanzada está acompañada de
otras similares, el poder de destrucción hace inviable su permanencia por mucho
tiempo cuando se pelea por recursos finitos y escasos, lo que no es tal por la
inmensidad del Cosmos, entonces no tiene sentido la violencia. Por otro lado,
una supuesta disputa sería en base a los recursos tecnológicos, de tal forma
que no es lógico tratar de quitarle un dulce a un niño si se es dueño de la
fábrica, y quien pretende apropiarse de una tecnología más avanzada,
encontraría un muro infranqueable dada su misma limitación. No, una sociedad
avanzada, posee y comparte la tecnología antes de guardarla o pelear por ella,
pero la comparte con sociedades que están preparadas y son lo suficientemente
maduras para manejarla, es decir, que no se basan en políticas comerciales,
porque sólo una sociedad que ame lo que le rodea, puede acceder a un poder
trascendental sin autoaniquilarse, y sólo una sociedad en equilibrio entre lo
espiritual y lo material, entre lo científico y lo emocional, entre
conocimiento y consciencia, puede trascender su nivel de desarrollo social sin
consecuencias negativas. De cualquier forma, la única explicación razonable de
un hecho de agresión de una especie más evolucionada a la nuestra, sería la que
gira en torno a un “ajuste de cuentas”, “cobro de factura” o “para detener el
daño” en base al deterioro irreparable de una parte del Universo, o aquella de
origen justiciero, más ligada a una concepción religiosa.
...
Una esperanza
Se percibe un miedo invencible a terminar
con el Sistema que nos gobierna. Desde la mente, la gente siente angustia,
inseguridad y temor, a acabar con algo que por siglos ha regido la cosmovisión
humana, y es lógico, porque el Sistema es el único punto de referencia social.
La gente no está en capacidad de generar otro punto de referencia porque esa
capacidad ha sido extirpada por el Sistema, y sólo mediante la consciencia
liberada podrá recuperarla, pero hay una falta de fe síntoma de la no
liberación. El sentimiento de no querer por no ver el beneficio en el despertar
de la consciencia, se convierte en un círculo vicioso: no creer que podemos
cambiar nuestro destino o que creer que ni siquiera es necesario, conduce a la
falta de fe en la potencialidad humana, que deriva en la pérdida de la voluntad
por el cambio interno y, sin dicho cambio, no es posible cambiar nada a favor
de la especie. Es triste, pero de seguir esta tendencia, no hay más camino que
la destrucción y el fin de la especie atrapada en sus propias estupideces de
codicia, poder y riqueza. Si la democracia sobre esto termina por imponerse,
donde la mayoría no crea que hay que cambiar o no quiera hacerlo por temor,
como así parece indicarlo la respuesta a este análisis, no hay mucho más que se
pueda hacer, cuando el problema de fondo es un problema de consciencia y esta,
se resiste a pesar de tener la verdad frente a si... el que por su gusto
muere.... Pero lo más triste, es que hay miles o millones de seres que sí
querrían despertar su consciencia, pero que no tendrán acceso a los elementos
que se los permita o siquiera se los sugiera.
El mensaje
para aquellos, que han sido lo suficientemente humildes y valerosos para
iniciar su cambio interno, es que no cabe el desaliento por no llegar en el
corto plazo a la masa crítica, porque a pesar de ello, existe un beneficio
individual invaluable. Este fenómeno también permite conservar la esperanza de
que si no se da en esta generación, puede madurar y crecer en las próximas, si
antes no llegamos a la autodestrucción.
...
Pobreza
Alguien con
su maestría en economía decía, que la
única manera de acabar con la pobreza, es creando riqueza. Una verdad a medias,
o nula, porque la creación de riqueza no sirve para tal fin sencillamente
porque en este Sistema no se crea riqueza para distribuirla, sino para
acumularla. La riqueza está presente en muchas partes y, sin embargo, la
pobreza avanza. La realidad es que para acabar con la pobreza, es necesaria la
generación de riqueza, pero es indispensable su distribución equitativa. Yo
pregunto: ¿bajo este esquema económico alguien con los recursos suficientes
está dispuesto a generar riqueza para distribuirla equitativamente?. Yo no
conozco a nadie que invierta sino para acrecentar lo que ya tiene. Ya como
válvula de escape ante las presiones sociales, ya como propaganda publicitaria
tipo cortina de humo, ya como una forma para deducir impuestos o inclusive como
negocio, los grandes capitales derraman parte de sus excedentes a las clases
inferiores con bombo y platillo, bajo el esquema de las fundaciones de
asistencia social, agencias organizadoras de juegos y sorteos, etc. Pero su
impacto es raquítico en comparación con las necesidades crecientes de la
población, ya que para generar estos excedentes, primero es necesario exprimir
a las clases medias y bajas, es decir, generar pobreza ampliamente extendida,
desde las sombras.
...
Grecia
Ya Platón, identificó la oscuridad que para
el hombre representa el Sistema, y que ejemplifica claramente en su analogía de
la caverna; liberarse de las cadenas del mundo material y su consecuente social
como única forma para conocerse a sí mismo; ser o no ser, caminar hacia la luz
del conocimiento por la vereda del mundo de las ideas, es decir, mediante el
uso de la razón apoyada por la fuente de la creación ideológica para darle
forma y sentido a todo aquello que alojamos en la memoria como catálogo de
experiencias que, entre mayor sea el porcentaje contenido de piezas
filosofales, mayor será la cercanía con la verdad. Lo de Platón, es una verdad
que sin duda ha pasado las pruebas del lugar y del tiempo, o sea, una auténtica
verdad. En cambio, Aristóteles, con su ética en mano, da al traste con el
núcleo filosófico de Platón, pues sus teorías se contraponen con este, dando
más importancia a lo social y por ende, a lo material; sitúa a la humanidad a
ras de piso, mientras que Platón, intenta colocarla por encima atendiendo una
espiritualidad individual, personal e indivisible subyacente en cada ser
humano. Sobre la base filosófica de Aristóteles, es donde los filósofos
posteriores sustentan sus teorías referentes a los fenómenos sociales. El mundo
tal como lo conocemos en la actualidad, podemos decir que es más aristotélico
que platónico, de ahí el efecto globalizador de la ignorancia y el acercamiento
del ser humano a la superchería para explicar lo que ha permitido quede fuera
de su alcance racional. Leonado da Vinci, expone simbólicamente esta dualidad
Platón – Aristóteles en su famoso fresco XXXXX, adoptando él, la filosofía
platónica al pintar su rostro en Platón y colocando el rostro de Rafael, en la
persona de Aristóteles para indicar el acercamiento de este, a la filosofía
aristotélica. En la pintura, se observa a Platón dando un paso hacia el frente,
lo cual simboliza el movimiento, el avance; en tanto a Aristóteles, lo coloca
en posición estática, sosteniendo su ética, simbolizando la inmovilidad y el
estancamiento.
...
Las elección de gobernantes
“Si no votas,
no puedes quejarte...”. Con esta sobradamente estúpida frase se intenta imponer
el voto como una obligación moral y cívica de todo ciudadano. Pero veamos, en
primer lugar, la mentada democracia, que no es tal:
¿quiénes la
pidieron? ¿acaso fue la sociedad?
El sistema
democrático fue una exigencia de grupos de intelectuales, que son una
vergonzosa minoría (vergonzosa por minoría), con el objetivo, en ocasiones
válido, de contrarrestar el autoritarismo y la imposición del gobierno, pero al
final de cuentas, la instauración de este sistema resultó ser también una
imposición para el resto de la población, que es la mayoría.
¿quiénes
abogaron por ella como el remedio a los males sociales?
Abogaron por
ella quienes sabían lo que representaba, lo que quiere decir democracia, es
decir, no me refiero al pueblo sometido, pues este, a duras penas maneja una
definición vaga del término.
¿quiénes
finalmente la impusieron? ¿quiénes la financiaron?
La
impusieron los gobernantes en acuerdo con las clases pudientes locales y los
inversionistas extranjeros, auspiciados a su vez por el gobierno de los USA y
organizaciones internacionales como el FMI y la OMC. Se financió, desde la
parte operativa con los impuestos de todos (y a costa de la miseria de
millones). Por la parte de coordinación y penetración ideológica, fue
financiada por organismos y pensadores dependientes de la ONU. Todos estos
actores, son quienes la diseñan, la limitan, la legislan, la idealizan, ponen
las reglas y la controlan, que son tareas a las que el pueblo no tiene acceso.
Entonces se trata de una democracia antidemocrática, es decir, tan atractiva y
a la vez tan falsa como un Rolex de 200 USD.
Votar
entonces no es una obligación ni moral, ni social, ni política si el sistema
etiquetado como democracia, como vimos, no es el resultado de una exigencia
pública general y además cuando ésta apunta hacia una forma refinada de engaño
para acceder a un poder que se ejerce alejado de toda actitud democrática.
Porque tampoco es cierto que una democracia empieza con la elección libre de
los representantes de la nación en todos sus niveles, ya que sin plena
consciencia social y política del electorado, sin equidad en la elección y sin
una cultura democrática bien definida, una elección bajo estas condiciones, es
el gran circo de nuestra época. Llamarle democracia a un sistema de elección de
gobernantes que funciona exclusivamente por medio del voto libre y secreto,
pero nada más, o es reflejo de ignorancia o es reflejo de complicidad con la
clase gobernante.
Así mismo,
dado que la verdadera democracia se perfecciona a sí misma y evoluciona por el
efecto de la representatividad práctica e ideológica real y efectiva de los
conscientemente bien elegidos representantes, mismos que están gobernados en
los hechos por sus representados, cualquier otro modelo que no cumple con esta
característica de reajuste por retroalimentación, no es una democracia
auténtica.
¿qué moral
me puede obligar a participar en un sistema mal hecho, mal llamado democrático
y que sirve nada más a los poderosos?
¿qué
condición social me obliga a legitimar un gobierno que no representa en los
hechos mis intereses o a legitimar algo con lo que no estoy de acuerdo?
¿quién tiene
la autoridad para negarme mi derecho a quejarme si las decisiones del gobierno
me perjudican, haya yo votado o no?
Fuera del
bagaje ideológico, la democracia que nos venden es del tipo: “¿Quién quieres
que te gobierne? ¿Hitler o
Stalin? Acuérdate que si no eliges, después no podrás
quejarte cuando quien quede como tu representante te encarcele o te mate por
opinar diferente”.
Después
vienen otras frases que parecen estúpidas, aunque más bien son tramposas y que
persiguen el mismo fin, como: “votar es un derecho y una obligación”, o es una
cosa o es otra, pero por definición no puede ser ambas, ya que un derecho a
elegir se ejerce solo si quien lo posee así lo quiere, por lo que no puede ser
una obligación, pues en esta no hay elección; la trampa surge porque sí puede
haber derechos que a su vez representen una obligación, como por ejemplo, el
derecho a denunciar un mal contra la sociedad, puede ser también una
obligación, o cuando la obligación de representar a una comunidad viene dada
por el derecho a representarla. Un gobernante tiene la obligación de gobernar
sólo cuando se le ha dado ese derecho. Aquí, derecho y obligación van de la
mano. Mientras que una persona, puede abstenerse del derecho a elegir quién le
patee el trasero. Aquí, el derecho no puede por ningún motivo ser una
obligación.
La
democracia actual, la falsa, intenta por todos los medios, encasillar la
libertad de pensamiento y por ende, manipular la libertad de elección. Yo no
recuerdo que el pueblo haya pedido este sistema (el pueblo sólo quiere
justicia), ni conoce a los miembros del Instituto Electoral ni de los
tribunales, ni ellos nos conocen, ni nos han preguntado qué es lo que queremos,
y nosotros no los elegimos, sino los partidos políticos que dicen
representarnos. A pesar de toda esta avalancha antidemocrática e impositiva, a
partir de ello, los optimistas nos dicen que tal modelo es perfectible, que
hemos avanzado, que estamos en el camino, etc. No se puede negar que en algunos
de ellos hay buena intención, pero ¿qué ha cambiado realmente? En los hechos
post elección, muy poco o casi nada. Sigue habiendo injusticia, hambre, abuso
de poder, usufructo de la legalidad, marginación, etc. Los avances en el
bienestar social siguen, como siempre, supeditados al nivel de control, es
decir, las libertades y otros beneficios, se dan en función del incremento y
efectividad de los medios de control: tanto más nos sueltan la correa, en la
medida que aprendamos a obedecer mejor o en la medida que más puedan obligarnos
a obedecer de buena gana, en convencimiento, donde las técnicas para tal fin,
van reemplazando a la cohesión física por la psicológica.
Pero el
problema de fondo no es el bienestar social, ya que sin duda, algunos pueblos
han logrado altos estándares en este sentido, sino la forma. Es decir, la
manera de alcanzar el bienestar social, desde una perspectiva de sometimiento
psíquico y metodológico, hasta una perspectiva de libertad social a partir de
la consciencia individual. La ética y la felicidad, son constructos sociales
irrelevantes para la esencia humana, porque una ética maniatada a los intereses
comerciales, y una felicidad puesta en función de los resultados económicos,
son fabricaciones artificiales dentro del contexto social, cuyo fin primordial,
es servir como el aceite lubricante que mantenga funcionando la maquinaria
económico comercial del Sistema.
...
La evolución hacia una organización social más eficiente y
menos racional
Si
analizamos la experiencia evolutiva del ser humano en función de los gradientes
de tiempo entre los grandes saltos evolutivos, comprobamos que el último de
ellos, ocurrió hace alrededor de 5000 años, es decir, unos 3000 años A.C. Ese
salto evolutivo, vino como consecuencia de un proceso adaptativo de la especie
a condiciones del entorno más estables en relación con el clima, y tuvo como
consecuencia social, la formación de organizaciones humanas más desarrolladas
que dieron lugar a las diversas civilizaciones. El hecho de tener que pasar
menos tiempo detrás de los satisfactores de vida y más tiempo en un lugar fijo,
organizándose socialmente, creando la cultura, re descubriendo las artes y
entendiendo la ciencia, es un resultado directo de dicha evolución. La menor
variabilidad del clima, hizo posible esta evolución y esta se dio en el sentido
de las necesidades de sobre vivencia de la especie. El riesgo que el Sistema
representa si continúa por el mismo camino, es que el siguiente salto evolutivo
de la especie, se de en función de constructos artificiales en lugar de
necesidades reales, es decir, cuando el uso de la razón deja de tener sentido
para la sobre vivencia, la evolución se dará en esta dirección, pero en sentido
contrario.
El tiempo
para el siguiente salto evolutivo importante, se puede calcular tanto
estudiando estos saltos en nuestra especie, como en otras especies animales y
vegetales. Llegamos a la conclusión que estos saltos van desde cada dos o tres
mil años, hasta alrededor de 30,000, dependiendo esto de la velocidad de cambio
del entorno. Si vemos que esta velocidad, dadas las condiciones actuales de
contaminación, deterioro y agotamiento de los recursos, es alta, podemos prever
que el siguiente cambio evolutivo está a la vuelta de la esquina, es decir,
puede ser dentro de unas decenas de años, a unos dos o tres mil. El problema es
que si se da dentro de los próximos mil años, la tendencia estará dirigida por
las condiciones que el Sistema impone. Esto quiere decir que si bien nuestros
cuerpos responderán mejor a resistir una atmósfera contaminada, a alimentos
altos en toxinas, etc., también responderemos con serias dificultades a los
estímulos intelectuales: una sociedad más capaz de sobrevivir bajo condiciones
de alta contaminación y una mayor adaptabilidad a sociedades con alta
concentración demográfica, pero menos capaz de desarrollar el intelecto;
seremos más como hormigas o abejas, que responden muy bien a la organización
social, pero habremos perdido parte de nuestra capacidad para transformar el
entorno en base a la consciencia y la razón. Sólo si se detienen las tendencias
sistémicas, la humanidad estará preparada para continuar su evolución desde la
perspectiva intelectual. Para que esto se de, sería necesario que después de la
aniquilación del Sistema, pasara una cantidad de años suficiente para
reorientar la evolución. Hay tres escenarios posibles: 1) si se da primero este
salto evolutivo, el derrumbe del Sistema será prácticamente imposible; 2) si el
salto evolutivo se da en tan sólo unos cientos de años posteriores al derrumbe
del Sistema, la inercia no será suficiente para avanzar en lo intelectual, sino
al contrario, y; 3) que a partir del derrumbe del Sistema, pasen más de mil
años para que ocurra el siguiente salto evolutivo y de esta manera, el ser
humano conserve la esperanza de seguir enriqueciendo su capacidad intelectual,
porque a nosotros, los humanos, no nos queda otro camino para alcanzar la
libertad, que el conocimiento.
La
irracionalidad a cambio del eficientismo, también se promueve mediante los
llamados cursos, métodos, técnicas, etc., motivadoras. En ellos se busca que la
persona se re programe para cambiar una actitud negativa y por ende,
ineficiente para sí misma y para la sociedad, por una actitud más acorde con
las actividades productivas inherentes al Sistema. El trabajo, la toma de
decisiones acertadas, el esfuerzo diario, la autoestima, la ayuda mutua, etc.,
no son malos por definición propia. El problema es que estos valores se moldean
en la persona para que funcione mejor dentro de una sociedad mercantilista y
eficientista, es decir, sin un fondo racional. Es entonces que la motivación
eficientista, recurre a invitar al que se desea motivar, a que tome de la
sociedad circundante, como su modelo inicial, a uno de sus miembros que sirva
como estereotipo o ejemplo. Se recurre a la imitación irracional basada en el
“éxito” ajeno en lugar de promover y desarrollar actitudes positivas propias en
base al raciocino; se les induce un optimismo ficticio en lugar de ayudarles a
descubrir las causas reales de su pesimismo, mismo que comúnmente tiene que ver
con la irracionalidad del Sistema.
...
El aborto
Se ha
discutido mucho sobre el tema y, por representar un punto de difícil acuerdo,
reitero que mi opinión, no es necesariamente la verdad, sino un punto de vista
surgido del análisis razonado.
El acuerdo
sobre el aborto inducido está sujeto por varios cabos, di símbolos, tanto desde
una perspectiva legal, como desde una científica, religiosa, dogmática,
cultural, tradicional, etc. Por un lado, se descalifica con una real o
pretendida moral; por el otro, se defiende como un derecho de la mujer. Pero
¿qué tanta razón tiene cada una de estas dos posturas?. Si lo vemos desde un
punto de vista médico, caemos en el riesgo de errar en función de la percepción
que el desarrollo tecnológico y científico por encontrarse hasta cierto punto
limitado. Si lo vemos desde el punto de vista religioso, el nuevo ser se
manifiesta desde el momento de la concepción. Desde la perspectiva biológica,
sin embargo, el nuevo ser se manifiesta desde el momento en que es viable, es
decir, desde que el embrión se adhiere a la pared de la matriz y alcanza un desarrollo
biológico cercano a un ser humano completo y normal. El problema viene dado
entonces en función del tiempo y en la forma de definir en qué momento del
desarrollo celular se puede establecer la existencia de una nuevo ser.
Médicamente, el nuevo ser se establece en el momento que sus funciones básicas
se llevan de manera independiente, es decir, cuando los órganos vitales han
sido formados, aunque desde este mismo punto de vista, existen diferentes
opiniones al respecto, que va de 9 a 12 semanas de gestación. Por su lado, lo
religioso topa con el hecho de que una gran cantidad de embriones fertilizados
(concepción), nunca llegan a implantarse en la matriz, claro que en estos
casos, si se dan de forma natural, no existe una detectable intervención externa.
Sin embargo,
a pesar de todas estas formas de ver el punto, el verdadero problema es un
problema de moral, misma que es cambiante entre una cultura y otra, entre una
época y otra, donde no siempre lo moral va de la mano con los legal. Digo que
el problema de fondo es moral porque tiene que ver con la detención voluntaria
de la vida, con lo cual existe detrás, lo que conocemos como homicidio. Es en
este punto donde entra la cuestión legal, y es esta, la que habrá de permitir,
regular o prohibir, el aborto inducido y bajo qué condiciones y criterios.
Un problema
moral debería ser resuelto entonces desde la misma moral, pero como se ha
dicho, esta es cambiante y variante, no es posible hacerlo por este camino, o
más bien dicho, no es posible llegar a un acuerdo sobre la mejor solución, a
partir de la simple moral. Cualquier camino que tomemos, invariablemente tendrá
sus pros y sus contras, como hemos visto, por lo que resulta mejor llegar a una
aproximación racional desde una perspectiva estadística que ponga en un pseudo
equilibrio a todas las vertientes de pensamiento, en conocimiento de que lo
racional tampoco empata en todos los casos con lo moral. Esto es, partir del
principio de tipos de error: Error tipo I y error tipo II. De acuerdo a qué
tanto estamos dispuestos a equivocarnos, establecemos una hipótesis; entre más
radical es el pensamiento hacia la restricción, el posible error se ubicará más
cercano a la restricción; mientras que entre más radical es el pensamiento
hacia la liberación, el posible error se ubicará más alejado de la restricción.
Veamos un ejemplo:
La posición
más radical hacia la restricción, es regularmente la religiosa. Si la
concepción establece la existencia de un nuevo ser, entonces esa es la
hipótesis. El error tipo I se cometerá si optamos por tomar la hipótesis como
verdadera siendo falsa; en tanto que el error tipo II se cometerá si la damos
por falsa siendo verdadera. Es como el caso de la creencia y no creencia en
Dios; se dice que si no creo en él, y efectivamente no existe, no pasa nada.
Pero si en verdad existe, me condeno (error tipo II). Caso contrario, si creo
en él y existe, me salvo. Pero si no existe, no me pasa nada con creer, así que
mejor opto por el error tipo I y creo en él porque si me equivoco, no hay consecuencia
nefasta. Desde el punto de vista exclusivamente moral, podemos resolver el
dilema cada quien desde su propia perspectiva. Pero por tratarse de una
cuestión social, donde detrás puede tipificarse un delito, es la legalidad la
que tiene que evaluar y ante ella es donde debemos responder.
La ley se
enfrenta entonces a qué postura tomar, si las más restrictivas o las menos
restrictivas. De acuerdo a cierta lógica, tenderá a tomar aquellas más
centradas tomando elementos de la cultura y tradiciones de los pueblos
matizándolas con la información científica disponible, principalmente biológica
y médica. Por ejemplo, antropológicamente, el ser humano o cualquier otra
especie, es tal desde el momento en que su cerebelo se desarrolla, es decir, el
órgano que controla la mayor parte de las funciones del organismo. El resto de
la corteza cerebral, se puede considerar en este caso como un elemento
evolutivo. Con esta idea, se va más allá de la simple concepción; más allá de
la implantación; pero antes de que todos los demás órganos se hayan
desarrollado. Después de ese momento, una persona, así sea la madre, no tiene
derecho a interrumpir el desarrollo del nuevo ser. Porque además, el aborto no
puede ser un derecho de la mujer encinta, pues eso sería tanto como decir que
si una ballena me traga entero, por estar dentro de su cuerpo adquiere derechos
sobre si debo vivir o morir. Desde el momento en cada uno de nosotros nos
convertimos en un ser humano, de acuerdo a la genética y de acuerdo al criterio
del desarrollo cerebral, nadie puede tener un derecho de vida o muerte sobre
nosotros, así sea nuestra madre y estemos dentro de ella.
Pero existe
un criterio mucho más extenso que es digno de tomarse en cuenta: el basado en
la consciencia y el instinto. Si un individuo es biológicamente igual o
equivalente a un ser humano, se dice que es tal. Pero si tomamos en cuenta el
desarrollo de la consciencia y el instinto, el mismo individuo, sin consciencia
y sin los instintos humanos ¿podrá ser considerado como un ser humano en toda
la extensión de la palabra? Supongamos un caso hipotético y hasta ahora
imposible. Tengamos a un chimpancé pero con la inteligencia humana, con
consciencia humana, con instintos humanos ¿es un chimpancé o un ser humano?. La
repuesta puede ser sencilla para muchos, pero cualquiera que sea, nunca se
llegará a una definición fuera de dudas y esto es porque la vida no puede
tomarse nada más como un organismo que cumple ciertas funciones. Están todos lo
elementos que se relacionan con esa vida. Por ejemplo, un árbol de ciruelas, si
no da fruto, algo anda mal en su biología o en el ambiente donde se desarrolla.
Si el ambiente es el propicio, entonces deja de ser un ciruelo para ser algo
muy similar a un ciruelo. En los humanos, no sólo está el elemento biológico,
sino que interviene el social y el de ambiente. Desde el punto de vista
religioso, su vida más allá de una serie de respuestas biológicas; se tiene un
alma y la fe en una vida posterior que perdura después del fin orgánico. He
aquí una de las más grandes incongruencias de las religiones que por un lado se
jactan de defender la vida y por el otro sólo defienden la cuestión biológica
mientras que respecto a la calidad de vida nos reconvienen a someternos
pasivamente a circunstancias de opresión, de miseria, falta de oportunidades e
injusticia en todas sus variantes. Defienden una postura anti aborto pero no
defienden al recién nacido; es como oponerse a que una mujer sumergida en un
pantano por arriba de la cintura detenga su embarazo a sabiendas que el niño
morirá o crecerá dañado si nace en ese medio, sin oponerse antes a que dicha
mujer se encuentre en tales condiciones de desventaja. Defienden la posibilidad
de una nueva vida pero no defienden la vida ya existente (la de la madre).
Igualmente un Estado no puede perseguir a las mujeres que han decidido abortar
si no es capaz de proveer bienestar e igualdad de oportunidades para todos; es
como si sanciona a aquellos que estando encerrados en un solar sin baños,
defequen al aire libre.
Ahora bien,
no es que yo esté a favor o en contra del aborto y quiera imponer mi criterio.
No, el aborto es, como ya se dijo, un problema de moral en el sentido
individual, pero puede ser un problema de salud pública en el sentido social.
Lo importante es que la decisión en un problema de consciencia y por ese lado
nadie puede decirnos cómo actuar, como tampoco se puede asegurar que alguien
realmente decida en plena consciencia.
En resumen,
el aborto es un acto que intenta corregir un error aunque puede significar un
error mayor. Es el Sistema, fuera de los casos médicos, quien pone las
condiciones para que una mujer quiera abortar. Cuando las condiciones de vida
de la población sean de tal suerte que la maternidad no signifique una
desventaja ni para la madre ni para el niño en lo social, económico, de
proyecto de vida, de oportunidades, de igualdad, etc., podremos entonces
discutir si el aborto es correcto o incorrecto.
...
La izquierda
Desde el
inicio de la geografía política en base a su posición, donde los miembros del
parlamento de acuerdo con el Rey, se les situaba a la derecha y a los que
estaban en desacuerdo, a la izquierda, empezamos a reconocer en política los
denominativos “de izquierda” y “de derecha”. Con el tiempo, a la izquierda se
le asoció con el socialismo y a la derecha con el capitalismo. En lo personal,
no creo que exista dentro de un Estado una ideología completamente asociada ni
al capitalismo puro ni al socialismo puro. En la actualidad, se dan dos formas
de entender al mundo desde el punto de vista de política económica: los que
están a favor de la globalización en base a las políticas comerciales que
intentan instaurar los organismos internacionales financieros, comerciales e
industriales, y los que están en contra. La primera forma de entender el mundo,
tiene como bandera algo que se define como Neoliberalismo. En general, la
izquierda, ideológicamente hablando, es la única opción organizada y
posicionada en el mundo político que no está del todo de acuerdo con el
neoliberalismo, y aunque no cuenta con instrumentos a nivel internacional del
calibre de los neoliberales, conserva una importante presencia y credibilidad
en las sociedades del mundo, que le permite acceder al poder. Sin embargo, que
llegue al poder no garantiza que no habrá de sujetarse a muchas de las
prescripciones que impone la derecha a través de sus instrumentos y por medio
del poder económico.
El dominio
político de la izquierda en el mundo, es la opción lógica y hasta cierto punto,
única para contener el avance del fascismo comercial, pero se enfrenta a un
poder económico de enorme envergadura, con todo y lo que con ello se deriva:
tecnología, poder bélico, control de medios, etc. La izquierda no puede
oponerse abiertamente a estos poderes y jugarse en una sola carta la victoria. Más
bien por el contrario, para prevalecer tiene que ir ganando pequeñas batallas
hasta estar en posición de negociar, pero ¿qué tanto puede vencer el fondo del
mal o qué tanto puede pactar con él sin perder su esencia?
El Balance económico y el modelo funcional
Los
poderosos y sus huestes abocados a la democracia sistémica, han lanzado una
campaña de alto impacto basada en que el progreso de las sociedades humanas es
alcanzable mediante la globalización y la reproducción irrestricta de los
modelos económicos de los países, sean del bloque considerado socialista o del
capitalista o de ninguno, que están a la vanguardia en lo que se refiere al
combate a la pobreza. Es cierto que a nivel local, inclusive a nivel bloques y
regiones, hay sociedades que tienen un marcado nivel de vida superior en
comparación con otras sociedades, pero hablando a nivel global, existe una
paradoja que hace imposible o en extremo lejana la posibilidad de un bienestar
general para el grueso de la población mundial. La paradoja radica en que la
producción de riqueza a nivel mundial no alcanza para lograr dicha utopía, sino
que en su búsqueda, las naciones conforme lleguen a un estado de mayor
bienestar por medio de los modelos mencionados, básicamente capitalistas, con
mayor fuerza dificultarán la posibilidad de desarrollo a las que no lo hagan.
Para ver más claro esto, imaginemos un balde lleno de cangrejos. Al principio
unos, apoyándose en los otros, van escalando y logran salir del balde
(subdesarrollo), pero conforme más de ellos salen, los que van quedando tienen
menos probabilidades de salir hasta que ya ninguno de ellos lo pueda hacer. Lo
mismo ha pasado a nivel local en las economías cerradas hasta hace poco tiempo:
los individuos o grupos que en un principio lograron un notorio avance
económico, crearon una presión social para que en determinado momento, bajo las
mismas condiciones, nadie pueda seguir sus pasos generándose así una sociedad
francamente dividida entre ricos y pobres.
Por supuesto
estos modelos no son rígidos, ya que existen los casos de excepción, pero
marcan una tendencia en extremos peligrosa para la humanidad de difícil
solución a no ser de una catástrofe mundial de tal magnitud que haga
irrelevantes las estructuras de poder económico.
Si hay
países ricos, esto sólo es posible mediante la existencia de países pobres, por
el lado global, y por la existencia de grupos sociales de bajo poder
adquisitivo, por el lado local, ya que la riqueza, como se analizó en el primer
volumen de esta serie, tiene su origen en la acumulación de bienes que son
escasos para la gran mayoría, es decir, existe un gradiente económico producto
de la desigualdad social distributiva, que a su vez es producto de la
desigualdad social derivada de la injusticia, de la falta de oportunidades, de
la marginación, de las fobias sociales, etc., que a su vez, son producto de la
necesidad sistémica de conservación del poder social, económico y político,
junto con todos los privilegios que esto representa. Los poderosos no pueden y
no quieren acabar con la pobreza porque sin ella, la riqueza pierde fuerza
hasta que se extingue.
Entonces, si
la existencia de ricos depende de la existencia de pobres, el desarrollo de las
sociedades del mundo está condicionado a la no terminación de la pobreza, sea
global o a nivel de nichos sociales. En la actualidad, nos dicen que para salir
del subdesarrollo, es indispensable recurrir, como dicen los modelos, al
fomento de la inversión extranjera, tal y como lo ha hecho China entre otros.
Esta condición, pone a la humanidad cada vez más en manos de las compañías
trasnacionales y no sólo a nivel económico, sino a todos niveles, ya que en una
sociedad comercialista, el poder económico tiende a penetrar a los otros
poderes hasta hacerlos sus súbditos. De nada le sirve a la humanidad el
progreso económico a costa de la pérdida de la identidad y de la libertad.
Además que ser rico cada vez cuesta más: un burgués dedica gran parte de sus
ingresos para mantener y asegurar sus posesiones; una empresa trasnacional
ocupa cada vez un mayor capital sólo para mantenerse funcional porque tiene que
seguir un ritmo de crecimiento determinado para mantener su competitividad.
La solución
es ciertamente utópica: la abolición del valor económico de los bienes, es
decir, que dejen de tener un equivalente monetario. Sin este equivalente
monetario de los bienes, el dinero se hace obsoleto y la propiedad irrelevante,
que no así la posesión. Desde este punto de vista, la humanidad sí tiene la
capacidad para producir y distribuir los bienes necesarios para una vida sin
apuros, pero sin excesos. A la par del dinero, es menester abolir el comercio.
Imaginemos
nuestro lugar de trabajo y el de los demás. Todos vamos a trabajar sin cobrar
un sueldo o salario, sin obtener una ganancia por nuestro esfuerzo. Ese es el
modelo ideal de una sociedad verdaderamente evolucionada. Pero ¿cómo
sobreviviremos? ¿qué nos habrá de motivar para hacer nuestro trabajo? ¿cómo se
podrá mover la economía? ¿qué recursos usar para el crecimiento, la
investigación y el desarrollo de proyectos? Bajo la óptica sistémica, este
modelo es irracional, pero alejándonos de esta óptica, es perfecto. Veamos:
Usted se
levanta como todos los días, se arregla y se va a trabajar; hace lo de siempre
sin preocuparse por nada más. A la hora de la comida, elige un restaurante,
come y se sale sin pagar. De regreso a su casa, pasa a un centro comercial y
lleva varios productos que necesita sin pagar un centavo. A la mañana
siguiente, se siente mal y va a ver al médico, este lo receta sin cobrarle
nada, de igual forma las medicinas no le cuestan. Si todo aquello que necesita
no le cuesta, tampoco necesita un salario; tampoco necesita acumular cosas,
salvo una pequeña y calculada reserva, porque sabe que cuando lo necesite lo
obtendrá. Pero, ¿qué pasa con los bienes diferenciados que son para el mismo
uso? Por ejemplo, los autos, televisores, relojes, los mismos alimentos, etc.,
¿acaso no todos querrán siempre lo mejor o lo más elaborado, dejando de lado
todos los demás modelos?. Por principio, al no tener un referente económico,
los bienes son apreciados más por su efectividad tanto funcional como visual,
que por otras de sus características. Por ejemplo, un reloj, no me importará si
es de oro, titanio, plástico o acero, lo importante es que me funcione de la
mejor manera para lo que requiero de el producto. Bajo este modelo, lo escaso,
como pudiera ser el oro, vale menos que lo abundante si no lo supera en
funcionalidad. Entonces la funcionalidad es lo único que aporta un valor
relativo a las cosas. A la larga, sólo los bienes o servicios funcionales
quedarían en el mercado.
¿Y qué pasa
con el despilfarro que este modelo puede provocar? Sólo si la abolición del
comercio, del dinero y del valor económico de los bienes y servicios, parte del
cambio de consciencia de la sociedad, es posible establecer un modelo social
donde el abuso, la ambición desmedida, el despilfarro, la holgazanería y todos
los males producto de una sociedad de competencia económica, sean cosas del
pasado irracional; extirpados de la consciencia humana y relegados a sociedades
decadentes. ¿Qué tan lógico resulta tirar o desperdiciar el fruto de nuestro
trabajo? Cuando los bienes producidos tienen un valor no tazado en lo económico
sino tazado en su funcionalidad y en los recursos y el trabajo invertidos,
adquiere un sentido más cercano para el productor que el simple equivalente
monetario. En la actualidad, quienes explotan los recursos naturales, poco o
nada les importa extinguir especies animales y vegetales si a cambio reciben el
dinero suficiente para llenar sus costales. Les interesa el dinero que aporta
el producto, no el producto en función de sí mismo. Si un producto tiene un
valor por sí mismo y se le añade valor en forma de trabajo, si ese valor es
reemplazado por dinero, el producto deja tener la misma importancia, pasa a
segundo término como tal y en primer término pasa su equivalente monetario. La
tierra misma usada para la producción de alimentos, al tener un valor
monetario, al campesino le conviene más venderla para que construyan casas que
para seguir produciendo. Esto es una irracionalidad en toda la extensión de la
palabra. De igual manera, la tierra silvestre y los bosques, son adaptados para
el pastoreo de ganado afectando a las especies salvajes que ahí habitaban indispensables
para el equilibrio de la vida en el planeta porque es más redituable
económicamente para los propietarios. La propiedad es la madre de la ambición y
la codicia. Por más reglas, leyes, políticas, etc., que se impongan, nunca se
podrá superar el mal que la propiedad de las cosas entraña porque casualmente,
quines imponen tal normatividad, son los mismos que detentan el poder y la
riqueza de la sociedad, por lo que el marco normativo siempre estará en función
de sus intereses y será discreta siempre que así se requiera.
Sin riqueza
monetaria se acaba el poder económico de los dueños del mundo; se sienta la
primera piedra para acabar con el poder político y se encarrila la sociedad a
liberarse del poder social irracional, basado en lo político y económico. Los
principales males que sufre la sociedad, son producto de la economía como
regente de la sociedad contemporánea, y de su padre, que es el comercio.
...
La moral
La moral es
un término muy amplio, a veces difuso o contradictorio, heterogéneo y en
general matizado por la cultura que la que la exime. Desde Montesquieu, se
establece dentro de la cultura de origen occidental, una cierta homogeneidad de
lo que se entiende, se delimita y se acepta como moral. En realidad, podemos
hablar de dos clases de moral: 1) la moral pura, y; 2) la moral
sistémica.
La
moral pura, se refiere a la crítica que surge de
los derechos humanos de las personas fuera de toda condición sistémica, es
decir, desde el punto de vista de la especie sin tomar en cuenta nacionalidad,
condición social, etnia, situación económica, geográfica, cultural, etc. Esta
moral por lo tanto observa a la sociedad y a la persona individual a partir de
cuatro de sus derechos más importantes: el derecho a la vida, el derecho a la
libertad, el derecho a la información y el derecho a socializar. De estos
cuatro se desprenden un número bastante grande de otros derechos que, si bien
son derivados, a la vez son los que garantizan los primeros. Por ejemplo, del
derecho a la vida se desprende el derecho a una buena alimentación, pero si se
cumple el derecho a la alimentación, se garantiza en ese aspecto el derecho a
la vida.
La
moral sistémica, es similar, pero incluye derechos
derivados que forman parte más de la cultura, la política y la economía que de
derechos humanos puros. Por ejemplo, el derecho a la justicia, está más en
función del marco legal de la sociedad donde se exige, que de un marco
universal de justicia más dirigido a la naturaleza humana. El marco legal de
una sociedad cambia de una comunidad a otra, de una cultura a otra y de un
tiempo histórico a otro. Un hecho innegable es que como pasa con muchas cosas
que del Sistema provienen, en una sociedad sistémica, se privilegian a los
derechos sistémicos por sobre los derechos humanos fundamentales. Algunos
ejemplos: el derecho de transitar libremente por un territorio se topa con el
derecho de privacidad sobre una porción de tierra; el derecho a una buena
alimentación se topa con el “derecho” de los empresarios a maximizar sus
ganancias empleando la ingeniería alimenticia que más les convenga, aunque este
supuesto derecho no es tal; el derecho a la información se topa con los
derechos sobre marcas y patentes; el derecho a realizar la actividad económica
que satisfaga las necesidades del trabajador, se topa con los “derechos” de los
dueños de los medios de producción o con disposiciones legales; el derecho de
igualdad de oportunidades se topa con toda una gama de obstáculos
infranqueables que sería muy extenso enumerar aquí, pero que básicamente nos
dan como resultado las condiciones de tremenda injusticia distributiva en que
vivimos.
La moral
sistémica, aunque incorpora a la moral pura, no deja de ser uno de los íconos
que mantienen erguida, vigente y avanzando a la desigualdad y la injusticia, ya
que como hemos visto, privilegia a los derechos culturales por sobre los
derechos humanos puros.
En una
sociedad donde los derechos humanos puros están supeditados a condiciones
económicas, políticas y culturales, habrá necesariamente una moral sistémica,
por no llamarle por su verdadero nombre: marco inmoral espurio.
¿Hasta dónde es
capaz de llegar la civilización actual en aras de mantener con vida al Sistema?
¿Es en verdad más importante mantener los equilibrios para la civilidad a costa
de la injusticia, del deterioro del medio ambiente, de la aniquilación de los
valores propios de la moral pura y del atropello sistemático de los derechos
humanos fundamentales, que todo lo que cuesta mantener ese equilibrio? Si
sabemos que a los únicos que beneficia este modelo es a quienes viven de él a
sus anchas ¿por qué el resto de la humanidad lo seguimos permitiendo?
El Sistema es
una maquinaria tan perfecta y letal, que hace creer a sus víctimas que es lo
que todos deben proteger y que es susceptible de mejoras al grado de que puede
llegar a ser el garante de una vida mejor para todos. Hemos visto que esto es
una tremenda contradicción, la mentira más grande de la historia y a la vez, la
más creída.
...
Mensajes del Sistema
“Sabemos que
tu economía es muy importante y la vamos a defender”. Es tal la inconsciencia o
el cinismo de los voceros del Sistema, que un gobierno es capaz de soltar este
tipo de declaraciones propagandísticas, que a continuación vamos a analizar.
“Sabemos que
tu economía...” denota una clara separación entre una capa de la sociedad y la
cúpula que la rige. Desde aquí ya vemos en qué radica la diferencia: por el
lado explícito, es la economía de cada capa social y, por el lado implícito, el
poder, lo que se desprende del emisor y el receptor, es decir, de los
gobernantes hacia el gobernado (“Sabemos...” se dice en plural, mientras que
“tu economía...” en singular). Decir “nosotros te vamos a ayudar”, establece
dos mundos, dos condiciones de vida, dos clases de seres humanos económica y políticamente
hablando. Pero referirse al receptor en singular, también establece que para la
clase gobernante existen muchos ellos y un solo aquél, es decir, el rico y
poderoso tiene rostro individual y es nominativo de cada persona, mientras que
el pobre es una masa amorfa sin rostro individual.
Las
condiciones de pobreza que sufre una cantidad muy importante de la población,
es responsabilidad directa de sus gobernantes, sobretodo en países con
suficiencia de recursos, y ya sea por corrupción, torpeza, incapacidad o
mentalidad clasista, los gobernantes son quienes determinan el progreso
económico de la sociedad subyacente, la distribución del ingreso, la justicia,
la igualdad, etc. Entonces en un país con abundante pobreza por un lado y
excesiva riqueza por el otro para una minoría selecta, este tipo de frases son
harto cínicas y demagógicas, ya que, si los gobiernos anteriores, miembros de
la misma clase social dominante del gobierno actual, produjeron tal injusticia
distributiva ¿por qué ahora habrá de creer el pueblo en los nuevos? ¿acaso
ellos van a romper sus paradigmas, los mismos que los llevaron al poder y los
mismos que los pueden mantener el él, para ayudar a su enemigo de clase, si con
analizar sus mensajes no se refleja sino la misma mentalidad clasista,
demagógica y cínica?. Digo enemigo de clase desde el contexto histórico,
innegable, aunque los líderes de opinión defensores del Sistema no estén de
acuerdo, pero con ello sólo denotan o bien su ignorancia de la historia social
o bien su enganche perverso y conveniente con los dueños del poder.
...
Idiosincrasia e identidad***
Se tiene
miedo a la no identidad. Esto es porque afecta la autoestima basada en la
pertenencia y en general no debería de representar un problema. Los rasgos
culturales de un pueblo, están determinados en gran medida por la identidad de
ese pueblo. Muchos de los grandes conflictos sociales y políticos, se originan
por la falta de identidad que deriva de la convivencia entre etnias diversas
dentro de un mismo territorio. El problema es que en base al nacionalismo
exacerbado, a los dogmas creadores de fobias sociales y a intereses diversos,
todos ellos agigantados por los medios de comunicación bajo control de las
facciones de poder, se ha ido más allá de la simple identidad. Se han creado
modelos sociales e individuales a seguir que en general más que inducir una
identidad, la toman y la utilizan para otros fines ajenos a la simple y sana
convivencia y a la generación de acuerdos que resuelvan conflictos. Se ha usado
la identidad de un pueblo para manipularlo como banco de peces, supuestamente
persiguiendo fines nobles, humanistas y en beneficio de todos, pero debajo de
esa capa superficial de demagogia, se esconden otros fines personalistas y de
grupo cuyo principal objetivo, es conservar o incrementar su poder y
privilegios.
Es entonces
el Sistema quien aporta los modelos para que la percepción inconsciente de la
gente derive en una aversión y miedo a encontrar una identidad independiente y
no manipulable desde su entorno. Se busca que cada individuo sea un reflejo de
los modelos sociales que a los poderosos conviene; robotizar y hacer predecible
a la población, ya no sólo para manipularla bajo determinadas circunstancias,
sino que en las coyunturas indeseables, se comporten y piensen de determinadas
maneras sin necesidad de inducirlas externamente.
...
Derecho penal y sistema judicial
México,
siendo un país con un desarrollo del sistema judicial superior a otros muchos
países, inclusive que tienen un mayor desarrollo económico y con un nivel
promedio de vida más elevado, es sin embargo, un país con flagrantes
violaciones a los derechos humanos. Cualquier Estado donde el sistema judicial
basa su operación sobre el mal llamado derecho penal, es atentatorio de los
derechos humanos más elementales. Por principio, un aparato judicial de corte
inquisitorio, represor y corrupto, es síntoma de una sociedad cuyas necesidades
más primordiales no han sido satisfechas por el Estado, en otras palabras,
contar con un organismo que lleva a cabo la privación de la libertad y aplica
penas de diversos calibres a los infractores de la ley, significa el fracaso de
las políticas sociales del Estado que no tienen un efecto preventivo sino
vengativo.
Cuando las
reglas de convivencia son violentadas por un ciudadano, este es considerado por
el Estado como un delincuente. Hasta aquí, el sistema judicial está en lo
correcto, a reserva de ver qué es lo que para el Estado representa delito.
Luego, el sistema judicial adopta las siguientes acciones: 1) En México, lo que
se llama la prisión preventiva del infractor, lo cual es violatorio del derecho
a la libertad mientras no se demuestre culpabilidad; 2) si la sentencia
establece la culpabilidad del infractor, y si la gravedad del delito lo
amerita, se le aplica la prisión definitiva, siendo esto una violación a los
derechos humanos del infractor.
Las penas
ejercidas por un Estado contra los infractores de la ley, donde se violentan
sus derechos humanos, son inadmisibles. Veamos por qué:
Nadie puede
disponer de la vida de un semejante.
Nadie puede
coartar la libertad de un semejante.
Nadie puede
aplicar tortura física o mental a un semejante.
Partimos del
hecho que los infractores son producto, hasta cierto punto inocentes, del
Sistema o se trata de personas con serios desequilibrios mentales. En cualquier
caso el culpable es el Sistema, quien permanece impune. Pero ¿qué pasa con los
daños que un infractor ejerce sobre el medio ambiente o la sociedad? ¿qué debe
hacerse entonces con los infractores y con las víctimas?
Por
principio de cuentas, debe haber una redefinición de lo que se considera
delito. En segundo lugar, las faltas administrativas que son cometidas en el
ejercicio de la libertad sin perjuicio del medio ambiente o de un semejante,
deben ser eliminadas de dicho catálogo. En tercer lugar, debe atacarse la raíz
del problema que ocasiona la delincuencia, aunque esto es ciertamente
contradictorio, porque dicha raíz es precisamente el Sistema. En cuarto lugar,
el derecho penal debe ser reemplazado por el derecho de convivencia, donde en
lugar de penas se aplique la reparación equivalente al daño...
...
Las maquiladoras
Una falacia
muy difundida por los dueños del capital a través de organismos internacionales
como la OMC, el BM y el FMI, es la que pone a las maquiladoras como una buena
opción para el desarrollo de los países emergentes. Se trata de un juego donde
todos ganan a costa del trabajador y de la sociedad del país donde se instalan
este tipo de empresas. Por ejemplo, se anuncian con bombo y platillo los miles
de empleos que las maquiladoras trasnacionales generan en una región, pero se
omite que el trabajador sólo recibe una parte mínima de los beneficios
económicos; que los empleados trabajan más de ocho horas diarias sin
remuneración adicional y a veces sin día de descanso porque se les contrata por
destajo; se omite que el costo de producción incluyendo sueldos y salarios es
en ocasiones más de doscientas veces inferior al precio de venta del producto
en tienda.
Lo que
realmente fomentan este tipo de empresas, es que sirven como un retén para
disminuir el flujo de trabajadores ilegales hacia los países desarrollados,
donde además se aprovechan los menores niveles salariales de los países sede
para bajar los costos de producción; se beneficia a las grandes cadenas
comercializadoras, la mayoría también trasnacionales, a las que se les vende el
producto para que estas les pongan su marca y aumentar el precio de venta dos,
tres o hasta veinte veces más; se deteriora significativamente la capacidad de
competencia del productor local cuando este no puede competir con las economías
de escala de las maquiladoras, deterioro que a la larga acaba por eliminar
dicha competencia con la consecuente pérdida de empleos directos y el deterioro
social; se fomenta el contrabando y las prácticas desleales de mercado de
marcas extranjeras con precios dumping, lo que contribuye al destrozo de la
micro, pequeña y mediana industria nacional, a la perdida de empleos, al
quiebre de proveedores nacionales, a impedir la sana competencia en prejuicio
del consumidor y al crecimiento de la economía informal como alternativa de
sobre vivencia.
Esto es lo
que representan las maquiladoras trasnacionales, las cuales con los raquíticos
beneficios que aportan, no son capaces de resarcir el tremendo daño que
ocasionan a las economías locales.
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El sueño americano
Vladimir
Nabokov, dijo que la democracia era el camino correcto de la sociedad, no
porque fuera mejor que una monarquía, o mejor que una dictadura, sino porque
era la condición natural del hombre a partir de haber adquirido conciencia.
Lolita, fue
rechazado inicialmente por una sociedad completamente tendida hacia el
occidentalismo, lleno de descubrimientos tecnológicos que eran los
protagonistas productores de sueños sobre una vida mejor: tener una familia, un
buen empleo, hijos modelo, una lavadora, un refrigerador, un auto, un perro y
una casa flanqueada por un par de árboles de ornato sobre un césped
perfectamente cortado, terso y con un verde impecablemente homogéneo. Lolita
representaba la antitesis del sueño norteamericano, una irrealidad literaria
que mostraba el fondo de una realidad social oculta, que como embrión emergía
clandestina e impetuosamente de las profundidades de la naturaleza humana
expuesta a los dogmas del Sistema, más como un alud de juicios concebidos en la
profunda morbosidad que se deriva de una sociedad llena de tabúes, que como
tabú mismo. La percepción sugerida de un morbo surgido de la propia naturaleza
humana, hacía innegable la consecución de una realidad que por sí sola, negaba
la viabilidad del sueño americano concebido en color de rosa, pero
paradójicamente, no acaba con este, sino que se adhiere a él contribuyendo a su
transformación, o más bien dicho, es el Sistema quien absorbe esta nueva
concepción para hacer suya la interpretación enfermiza que a la sociedad de
medio nivel cultural de la década de los 50’s, le inspiraba. Sólo una sociedad
dogmatizada por el Sistema experimenta con mayor fuerza el morbo que sugiere
Lolita, que el entendimiento de una realidad social diferente. Si ese morbo
además, se percibe como una condición natural, se pueden justificar muchas
abyecciones sistémicas desde el punto de vista de la conciencia individual y
sobretodo social.
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Algunas observaciones importantes
sobre Gandhi
Gandhi,
ciudadano del Imperio Británico, al inicio de su liderazgo, no pensaba en la
independencia de la India y Pakistán. Todo lo que quería era que su pueblo
fuera reconocido como miembro del Imperio con todas sus prerrogativas. Es hasta
cuando el Sistema muestra su verdadero rostro de marginalidad, irracionalidad y
tozudez, que Gandhi empieza a adquirir consciencia no sólo de la desigualdad,
sino del atentado del Sistema contra los derechos humanos más elementales. Poco
a poco sus objetivos van tomando un matiz más severo contra la dominación, no
por la dominación misma, sino por la irracionalidad de donde emana. No podía
ser de otra forma: la historia de Moisés se repite bajo circunstancias
diferentes pero con puntos que se interceptan, a mi parecer los más
importantes. Entendió que responder a la irracionalidad con otra irracionalidad
no resuelve el origen del problema, sino que en caso de éxito, sólo lo posterga
o lo cambia de bando. Así, responder a la violencia con violencia, es lo mismo
que decir “ojo por ojo, diente por diente”; la equivalencia al no perdón y el
aval a la injusticia del Sistema, es más, el aval al Sistema mismo, origen del
mal. La permanencia del Sistema se debe precisamente a que el mal sólo cambia
de camiseta cuando se presenta un conflicto violento de poder entre quienes lo
ostentan y los que no lo tienen.
Yashua,
vuelve a acertar al decir: “si alguien te golpea en la mejilla derecha,
ofrécele también la otra”. Mucho se ha especulado sobre este dicho, desde los
que afirman que lo que quiso decir es que como un bofetón se da con el reverso
de la mano, esto implica humillación al golpeado por superioridad del que
golpea y, que al ofrecer la otra mejilla, se obliga al agresor a golpear con el
anverso de la mano y de esta manera se establece una igualdad. Otra no menos
estúpida es la que señala que al ofrecer la otra mejilla, Yashua sugiere
exacerbar los ánimos de Dios para el castigo al agresor sea más despiadado. No
les cabe en la cabeza que poner la otra mejilla significa aniquilar al mal,
pues si la violencia engendra violencia, la no violencia debilita a la
violencia; la responsabilidad del daño, recae únicamente en el agresor, quien
poco a poco va perdiendo justificación y fuerza; es no hacerse cómplice de la
maldad.
La
diferencia entre los analistas teológicos o políticos y Gandhi, es precisamente
que este último, pudo liberarse de los dogmas del Sistema y así poder tener una
visión mas clara de los dichos de Yashua, en quien se inspiró (insertar aquí nota
histórica).
Históricamente,
Gandhi también tenía razón. Las innumerables masacres de gente desarmada cuyo
único pecado fue pedir igualdad colocan a los agresores, históricamente
hablando, como bestias irracionales, esbirros del Sistema, seres despreciables
en vida y después de su muerte y su nombre permanecerá escrito en la historia
para siempre como lo peor de la especie, como enemigos de la libertad y de la
vida, como vergonzantes especimenes indignos de ser llamados seres humanos,
como hombres tan idiotas que se colocaron como víctimas del Sistema del peor
lado que este les ofreció, como individuos con un letargo mental tan grande que
fueron cegados fácilmente por la estupidez y, me faltan calificativos para
definir su condición en la historia. Sólo nos resta pedir a Dios porque ninguno
de nuestra descendencia llegue a una condición tan vergonzosa y deleznable, ni
por necesidad, ni por enfermedad sistémica ni por cobardía. Morir sin violencia
no es morir sin pelear, y matar a quien no responde es el acto más cobarde de
cualquier ser. Quien se enfrenta a su oponente de igual a igual, puede
justificar su asesinato diciendo “era él o yo”; quien mata al indefenso no
tiene justificación alguna.
Pero ¿qué
pasó con las enseñanzas trasmitidas por Gandhi? ¿dónde fueron enterradas? Desde
Yashua, nunca el Sistema se había enfrentado con un adversario invencible ¿por
qué entonces la lucha por la libertad no ha tomado nota? Sencillo: se atribuye
a Gandhi la no violencia y con su muerte, esta estrategia quedó acéfala. Pero
Gandhi no inventó la no violencia ni es la no violencia. El Sistema se ha
encargado de dar a entender el absurdo de que los ideales pertenecen a los
líderes; así dicen quienes se lamentan de la injusticia: “si viviera el Ché”,
“si naciera un nuevo Gandhi”, “si Juárez no hubiera muerto”, “si no hubiesen
traicionado a Bolívar” ,etc.. La no violencia está inscrita en todos y cada uno
de los seres humanos. El problema de los liderazgos unipersonales es que se dan
por la falta de consciencia de los demás. Por eso es indispensable la
consciencia para que cualquier movimiento social no decaiga en otra versión del
Sistema (URSS) ni muera o quede trunco a falta de los líderes.
...
Filosofía holística
El filósofo
Fernando Savater, mencionaba que la filosofía no salva, y en contraposición con
la religión, no ofrece soluciones absolutas. En cierto sentido se equivoca. La
filosofía, dado el impacto de los dogmas del Sistema, puede ser la salvación al
describir y destruir esos dogmas. Es cierto que la filosofía no ofrece
salvación en el sentido mismo que lo hace la religión, a cambio, ofrece
salvación sobre el pensamiento sistémico, dogmático e irracional. El problema
es que actualmente, la filosofía se ocupa poco de eso y se pierde en
situaciones relativas, en el relativismo y el subjetivismo, hasta cierto punto
intrascendentes para la evolución del pensamiento; cosas que si bien describen
o ayudan a entender alguna de nuestras realidades, no van más allá,
filosóficamente hablando. Del mismo modo, con el historicismo, no se hace más
que organizar una bitácora, aunque hay análisis que despegan más allá, pero
estos son hasta el momento reducidos y no avanzan en la síntesis holística de
los hechos, sino que nacen, se desarrollan y crecen permaneciendo en el mismo repollo que les da
origen, y es natural. Para lograr una síntesis holítica se necesita más de uno
de estos análisis, en temas diversos, en distintos momentos, de modo que se
conjunte un gran cúmulo de ellos y se puedan encontrar los fundamentos que los
unan en una teoría única.
...
Condición natural y condición
artificial
A finales de
los 90’s, hicieron un programa de televisión de la BBC acerca de los
adolescentes. De acuerdo a los estudios, concluían que los cambios de
mentalidad desde la niñez, la pubertad y la adolescencia son parte del
desarrollo natural de las personas. En general acertaron, salvo por un detalle:
es correcto que los adolescentes responden a estímulos del ambiente buscando
aceptación, popularidad, etc., pero se equivocan en cuanto a lo que desean para
obtener tales cosas. Querer estar delgados para ser aceptados y cosas así, son
producto de la influencia del medio ambiente, es decir, son factores culturales
y no inherentes a la especie. Se demuestra claramente la influencia del Sistema
en la gran mayoría de los jóvenes y no lo ven, sino que argumentan que tales
deseos de los adolescentes son parte de ellos como una ¡CONDICIÓN NATURAL!.
Nada más falso. Los deseos de los jóvenes responden a una condición natural de
adaptación en lo general, pero no en lo específico. Pongamos dos culturas
distintas, sin ir muy lejos, dentro de un mismo país. Por un lado nos ubicamos
en una comunidad campesina y por el otro, en una comunidad urbana. Los jóvenes
de una y otra comunidad desearán cosas diferentes para destacar; una chica de
ciudad y una campesina, desearán ser atractivas (condición natural), pero lo
que cada una juzga aceptable para lograrlo puede ser completamente diferente.
En algunas culturas, estar gordo puede ser un atractivo y en otras puede ser
estar demasiado delgado. Puede ser verdad que querer ser atractivo, puede
considerarse una condición natural, con todo y lo relativo que puede resultar
ser atractivo, pero lo que no se puede concluir, es que esta condición vaya
asociada con formas o métodos homogéneos. A lo largo de la historia de los
pueblos, podemos encontrar una interminable lista de cosas que en su momento y
su lugar, fue lo más sobresaliente, desde perforaciones, tatuajes, talla, peso,
medidas, hasta malformaciones naturales o provocadas, etc., etc., pero que por
factores culturales, políticos, económicos, etc., esta lista altera su orden de
forma a veces impredecible. La conclusión, entonces, es que la condición
natural es solamente el deseo de destacar, pero las formas de hacerlo no tienen
nada que ver con tal condición.
...
Violencia sistémica
Una mujer
peruana, permanece presa después de varios años, por haber ayudado a ingresar a
México a una indocumentada cubana. Entretanto, muchos “empresarios” mexicanos,
perfectamente identificados, no tienen ningún problema en salir al extranjero a
traer mujeres, igualmente ilegales, para trabajar en sus negocios, generalmente
de trata de blancas, antros amparados donde se ejerce la prostitución y a los
que suelen acudir toda clase de políticos en funciones.
Por
principio, la libertad de tránsito es un derecho de todo ser humano sobre la
Tierra, pero que el Sistema a coartado. Luego entonces, quien ayuda a ese
tránsito, si es perseguido y castigado, se está cometiendo contra este una injusticia.
Tanto el establecimiento de fronteras al tránsito de personas como el castigo a
quienes participan en este proceso, es una irracionalidad que representa
injusticia porque nadie puede erigirse como dueño de la libertad de los demás.
...
El Tiempo
El tiempo es
el resultado de la interacción entre espacio y materia o energía en movimiento.
Esta aseveración surge de un análisis muy simple, a saber, como un derivado de
la física clásica. Si tenemos una partícula en reposo absoluto, una partícula
básica, indivisible, con una masa infinitesimal que ocupa un espacio igualmente
infinitesimal. Si hubiese un observador, no registraría cambio alguno, pero el
tiempo existe en este modelo porque el supuesto observador, no está sujeto a la
misma condición de la partícula, es decir, el observador no está en reposo
absoluto: los electrones de sus átomos se mueven y por lo tanto puede registrar
lo que pasa en un instante y en los sucesivos. Si el tiempo no existe, ni para
la partícula ni para el observador, entonces este último no puede registrar más
allá del primer instante. Si pudiéramos aislar en una burbuja a la partícula en
reposo, el tiempo no tiene sentido y el espacio, solo es aquél que ocupa la
partícula, lo que rodea a la partícula no existe, ni siquiera como espacio. Al
no existir espacio circundante, la partícula no puede moverse, aunque hubiera
una fuerza invisible que la empujara, el movimiento seguiría siendo nulo.
Entender esto es fundamental para entender qué es el tiempo. Si por medio de la
imaginación hacemos desplazarse a la partícula ¿se habrá movido?. No, no existe
referencia alguna que detalle el movimiento porque tampoco es posible
determinar la distancia de desplazamiento. Al no existir un marco de
referencia, no hay espacio; si no hay espacio, no puede haber movimiento y sin
movimiento neto no existe el tiempo.
Como nuestra
percepción está sujeta a la temporalidad, podemos concluir erróneamente que la
partícula está en reposo eterno, pero no es así, el concepto de eternidad sólo
puede ser ligado a la existencia del tiempo. La partícula simplemente está ahí
y no hay nada más, pero ¿realmente la partícula está en un lugar? No, lo
correcto es decir que la partícula existe pero no está en ninguna parte, porque
no hay marco de referencia alguno, entonces no puede estar en un lugar: es
pero no está en ningún lado sino en sí misma.
Después de
comprender esto, es posible entonces introducir los conceptos de la física
cuántica y la relatividad. Seguramente el lector ya se habrá dado cuenta que
nuestro modelo no admite la existencia de la relatividad, pero sí de la física
cuántica.
Si agregamos a
nuestro modelo una segunda partícula similar, en ese instante se crea el
espacio entre las dos y alrededor de las dos partículas. El marco de referencia
adquiere sentido al mediar una distancia entre las partículas y con esto, es
admisible la idea de movimiento y con esta, del tiempo, aún sin existir ninguno
en los hechos. Las dos partículas pueden permanecer en absoluto reposo sin
cambiar su posición. El movimiento no adquiere sentido sino hasta que la
distancia entre ambas partículas cambia, y al mismo tiempo, el tiempo no
adquiere sentido sino hasta que se da el cambio, sea de posición relativa o de
fuerza interactiva. Pasar de la sola idea de tiempo y movimiento al hecho mismo
del movimiento y de tiempo, involucra un desequilibrio creado por la presencia
de ambas partículas. Sin las fuerzas de atracción o repulsión ya sean de origen
gravitacional, magnético, eléctrico o alguna otra índole desconocida, para un
sistema de dos partículas idénticas, no puede haber tal desequilibrio y por lo
tanto, no puede haber movimiento ni tiempo, sólo espacio. Otra alternativa es
que nuestro sistema reciba una influencia externa que cree el desequilibrio, lo
cual indicaría que hay algo externo al sistema y que ese algo
trae consigo su tiempo, pues sin su tiempo no habría forma de trasladar su
influencia hacia el sistema, donde el tiempo de ese algo no incide
dentro del sistema porque sería parte de él, sino hasta que el sistema es
influido por el algo.
¿Y cómo es que
ese algo trae su propio tiempo? Necesariamente se trataría de un sistema
independiente donde sus desequilibrios internos dan la proporción del tiempo.
Si seguimos por este camino, llegamos a la idea de un Dios (el sistema externo,
el algo), pero llegar a esto no es el objetivo de este análisis. Por el
camino de la física pura, sin preocuparnos por el momento del origen de las
partículas, la única forma de que exista un desequilibrio capaz de producir un
cambio y fijar el punto de partida del discurrir del tiempo, son las fuerzas
que pueden existir entre las dos partículas. Al hablar de fuerzas,
necesariamente se involucra la idea de energía, la cual no incluimos en el
modelo estático de absoluto reposo porque a pesar de tener dos partículas
masivas, nuestro modelo no proveía forma alguna de medir nada relacionado con
un flujo.
Sin embargo,
podemos ahora regresar al modelo de una sola partícula para explicar el
desequilibrio en el modelo de las dos partículas. En el sistema de una
partícula, podemos imaginar sin temor a equivocarnos, que la masa de esta, está
relacionada con su equivalente energético, de hecho, podemos sugerir que esa
masa a cero grados Kelvin, es la forma inerte de un quantum de energía ¿en qué
proporción? En la proporción de E = mc2 , la mínima cantidad de
energía se da con la mínima cantidad de masa: E = 1010 (bajo el
sistema de unidades convencionales), esto quiere decir que para formar una
unidad de masa mínima, es necesario 1010 de energía, un quantum de
energía. En el reposo absoluto, esta energía se manifiesta como una partícula
masiva, porque no puede desaparecer, sino que se encierra en su expresión de
máximo equilibrio, la materia fundamental del Universo.
Pasando al
modelo de dos partículas, la energía contenida en ambas tenderá, por su propia
naturaleza, a unir fuertemente a las partículas produciendo ya sea una nueva
entidad compuesta sin desprendimiento de energía, una partícula masiva más
desprendimiento de energía equivalente a una partícula o la descomposición de
ambas partículas en energía. Esto sería posible, ya que el movimiento ha creado
el tiempo y la energía puede manifestarse en forma de flujo. ¿pero qué pasaría
en los momentos posteriores a alguno de estos tres fenómenos posibles?. En el
primer caso, la nueva partícula tendería al equilibrio hasta retornar al reposo
absoluto volviendo al primer modelo pero con una partícula doblemente masiva;
en el segundo y tercer casos, la energía desprendida tendería al reposo con el
tiempo hasta volverse a manifestar cada quantum como partícula, quedando el
sistema de dos partículas en reposo pero ya sin la posibilidad de desequilibrio
debido a la distancia entre ellas.
Este modelo,
fracasa en el sentido de un tiempo que fluye eternamente (de hecho, el tiempo
es una línea que mide la eternidad en cada punto, respecto a otro). Pero si
metemos a nuestro sistema no una ni dos partículas, sino una cantidad
prácticamente infinita de ellas en un espacio donde sean posibles las
interacciones entre ellas, obtendremos una colisión de magnitudes
sorprendentes. Las partículas colisionando producirán los tres fenómenos
descritos arriba: nuevas partículas compuestas y desprendimiento de energía
parcial y total, ya no solo como quantums aislados, sino como grupos de ellos
formando todas las posibles manifestaciones de la energía. El fenómeno
predominante, por las evidencias, se sugiere como la formación de nuevas
entidades masivas más complejas para formar toda la suerte de partículas
atómicas conocidas, y de ahí, al irse haciendo arreglos cada vez más complejos,
los átomos ligeros y en la concentración, los más pesados. En un momento dado,
la naturaleza de atracción de las masas energéticas, se verá rebasada por la
naturaleza del rechazo entre ellas debido a una densidad límite, un limbo
irrebasable de concentración de masa y energía en un espacio delimitado, dando
lugar a una gran explosión (Big Bang). Después de esto, el tiempo no tiene fin
sino hasta la degradación total de la materia y energía desprendida, en
quantums individuales de energía, tan separados unos de otros, que no exista
posible interacción entre ellos y el espacio contenedor quede repleto de
partículas individuales, inmóviles con lo que el tiempo deja de ser.
El tiempo
establece el fluir de todo cuanto se mueve. Si aplicamos estos conceptos al
razonamiento, vemos que el pensamiento es un flujo de símbolos que representan
cosas conocidas, es decir, de cosas pasadas e irreversibles, y es también un
flujo de ideas, que son producto de la asociación de estos símbolos pero con un
referente futuro. El pensamiento se hace visible en cada momento en el
presente, en cada presente como la cresta de una onda, digamos, algo así como
la cresta de una ola. Podemos imaginar a la ola aproximarse desde el futuro
hasta llegar al presente, el lugar donde estamos y luego la vemos alejarse
convirtiéndose en pasado. Nosotros entendemos el presente cuando ya es pasado
porque el razonamiento es un fluir que lleva tiempo, pero para poderlo poner en
cada presente, lo tenemos que extraer del futuro. Dicho en otras palabras, el
razonamiento encuentra su materia prima en el futuro, misma que se procesa en
el presente con las herramientas del pasado y termina dando frutos que se
escurren a un pasado más reciente. Así que de acuerdo con esto, nunca podríamos
tener consciencia del presente porque dura tan poco que no es posible
razonamiento alguno en su mismo instante; al concluir todo razonamiento este
queda de inmediato en el pasado. Entonces el estudio del presente o de una
serie de presentes, no concluye en esos presentes, aunque nos permite
anticiparnos a los nuevos presentes, es decir, echar mano de futuros ya sea
próximos o lejanos y entre más próximos, mayor certeza encontramos en ellos. La
única consciencia posible del presente, no dependería del razonamiento, sino de
la experiencia irracional y sensitiva de ese presente en el instante mismo. Por
ser el tiempo un flujo constante, podemos encadenar cada sensación presente y
formar una consciencia permanente que da dimensión (longitud y volumen) a las
experiencias. Pongamos el caso de un sonido constante que dura unos segundos:
no percibimos un conjunto de experiencias separadas (una por cada presente)
sino una sola experiencia fluida. Cualquier fluido podemos percibirlo como una
experiencia única e indivisible, a pesar de que discurre en el tiempo, que
tiene un antes, un ahora y un después; y es precisamente porque se monta en el
tiempo, que podemos interpretarla como fluido. Por eso una idea (entendida como
un flujo de símbolos), aunque cada una de sus partes pertenece a un tiempo
distinto, representa solo un punto en el tiempo, que es la idea misma. Para la
idea, todo el tiempo que ocupa es presente; lo que era antes de la idea es
futuro y lo que es después de la idea es pasado. Esta característica elástica
del tiempo nos permite decir cuánto dura el presente si lo aplicamos al
razonamiento: es, a final de cuentas, la que nos permite tener consciencia del
presente. Si tenemos consciencia del presente, podemos formar un pasado
coherente (alcanzar la plenitud del Ser histórico) y echar mano de él para
anticipar el futuro, o para traer un futuro probable al presente.
El presente debe
ser pues, necesariamente elástico y simbólicamente estático respecto a los
fenómenos que se presentan como un fluido, de hecho lo son todos los que
podemos percibir, porque de no presentarse como un fluir, no serían percibidos
naturalmente por nosotros, ya que nuestros sentidos captan flujos (luz, sonido,
etc.), no puntos fijos, de tal suerte que de ahí la idea de que el tiempo es un
constructo y, si así es, será tan elástico como sea necesario para asignar un
fenómeno completo a un presente único.
Usted pude
decir, “estoy enfermo”. El tiempo que dure esta circunstancia, podemos, si lo
deseamos, circunscribirlo en un presente único, o en una serie ligada de
presentes discretos a nuestro antojo (por minuto, hora, día, mes, etc.). la
enfermedad existe porque se trata de un fenómeno de fluido, la misma
connotación de la palabra fenómeno, conlleva la idea de flujo. Si no
operase cambio alguno en el estado de la enfermedad, no se puede decir “estoy
enfermo”, porque de otra forma, involucraría pensar que apareció
instantáneamente y sólo instantáneamente se quitará. Con todo y lo reducida que
resulta esta explicación, denota un proceso, es decir, un fluir.
...
La
filantropía sistémica
La filantropía,
representa una prueba tangible de la desigualdad social en que vivimos, máxime
por el hecho de que a pesar de lo cuantiosa que pueda llegar a ser (en cantidad
de donaciones y en cantidad de donadores), no hace mayor diferencia a nivel
global; es el recordatorio cínico de la pobreza en que viven millones de seres
humanos en contraste con la excesiva riqueza de unos cuantos.
La filantropía
sistémica, principalmente proveniente de las grandes empresas, y en la gran
mayoría de los casos, se realiza buscando cooptar comercialmente al mercado en
beneficio de sus firmas. En México, por ejemplo, existen un sinnúmero de
filántropos sistémicos, algunos de los cuales, llegan a niveles grotescos, como
es el caso de la empresa Televisa, la cual en las transmisiones de los partidos
de fútbol, anuncia que se donará, por medio de su Fundación, algún bien o
servicio si tal o cual equipo anota un gol. Lo grotesco de esto, si de por si
ya se está haciendo un juego perverso de ayudar sólo si la suerte futbolística
lo determina, es que dentro de lo que se ofrece, están el pago de una operación
de trasplante de corazón, riñón, córneas, etc. La suerte del necesitado queda
entonces en manos de un evento deportivo. Es el moderno circo romano, ya que de
alguna manera, se dictamina si una persona vive o muere en función de un
espectáculo.
Los filántropos
sistémicos, también suelen aprovechar los desastres acaecidos sobre una
población determinada, para solicitar donaciones, las cuales, no siempre son
objeto de auditoria e inclusive, aún con la auditoria, no se puede llevar un
registro puntual de donantes ni de cantidades, por lo que esta circunstancia
les permite hacer movimientos financieros irregulares, además de la ya
mencionada cooptación comercial. Por ejemplo, si entran a sus Fundaciones
determinadas cantidades, ellos bien pueden maquillar las cifras, no para
quedarse con los excedentes, sino para ponerles su etiqueta y presentarlos en
la deducción de impuestos. La pregunta es ¿por qué esperar hasta que los medios
masivos de comunicación están cubriendo un hecho, es decir, hasta que una
desgracia se mediatiza, para empezar a ayudar? Es obvio que la razón es porque
tanto la noticia, la solicitud de ayuda a través de los medios, así como la
difusión de sus donaciones, son publicidad de muy bajo costo y en ocasiones,
gratuita. El simple nombre “Fundación Televisa”, Fundación Telmex”, etc., ya es
publicidad para sus empresas que construye una imagen falsa sobre su verdadero
interés.
Otra
característica de estas Fundaciones de ayuda altruista, es que la cooptación no
sólo es de índole comercial, sino política. Las Fundaciones que dependen
directamente del Estado, brindan ayuda al necesitado buscando atraer las
preferencias de estos a sus colores. Sea desde el Estado o desde la iniciativa
privada, se medra con la desgracia y necesidad de la gente. Pero los peores,
son aquellos cuyo slogan va en el sentido de que su actividad comercial es una ayuda
a los que menos tienen. Curiosamente, son los que más se enriquecen debido a
esas “ayudas”. Están los que venden a crédito con cómodos pagos semanales,
donde las parcialidades a pagar por un bien o servicio, hacen irresistible la
compra, pero nunca dicen el costo total real, que va desde un 50% a un 150% más
de lo que vale el bien o servicio. Tampoco dicen el porcentaje de interés por
demora en los pagos (que es elevado de acuerdo a las fórmulas que los actuarios
diseñan para que por ningún motivo haya pérdidas por los que nunca pagan), ni
mencionan el cúmulo de cláusulas (en letra chiquita), todas a favor del
vendedor. También los hay quienes en su propaganda comercial anuncian que parte
de las ganancias (porcentajes generalmente ridículos), serán donadas para
ayudar a cierto sector necesitado, es decir, en palabras claras, equivale a
decir “lléname el plato para que yo pueda derramar unas gotas sobre los
hambrientos”, sin contar con que esas gotas derramadas, además las deducen de
impuestos.
Otro ejemplo
sucede en uno de los países escandinavos. Se trata de un reality show
donde por un lado, hay varios enfermos que requieren un transplante de órgano y
por el otro, un donador o un órgano donado. Se trata que el público participe
para ayudar a decidir a quién habrá de transplantarse el órgano en cuestión, es
decir, toca al público decidir quién vive y quiénes mueren. Otro evento
circense a costa de la dignidad humana donde los que siempre ganan son los
productores del espectáculo. Si tanto les interesase la desgracia ajena y
quisieran hacer un verdadero bien, sin apartarse del espectáculo, podrían mejor
hacer un programa donde se premie de alguna manera a los donadores de órganos y
crear consciencia para incentivar esta práctica.
Todo se vale
dentro de la rapiña comercial, perdón, quise decir, competencia comercial. Si
hay pobreza, falta de oportunidades, hambre, dolor, enfermedad, etc., estas
serán aprovechadas en su beneficio, siempre bajo la bandera de que los recursos
llegarán a su destino sin corrupción alguna, porque en sentido tradicional (lo
que establece la Ley) puede ser cierto, pero en sentido estricto, la corrupción
radica en la falta de moral, en manejar totales y personalizar las ayudas sólo
hasta el último eslabón de la cadena, en utilizar los medios para la cooptación
y medrar con la necesidad ajena, en desviar recursos para labores
administrativas y de promoción, en no declarar abiertamente lo que ellos ganan
en referencia a su imagen pública, que al tiempo se traduce en dividendos
monetarios, aceptación, prestigio y con ello, en un valor más alto de sus
acciones en la bolsa.
“el
espacio no es nada en sí mismo; no existe ningún espacio absoluto. Sólo existe
a través de los cuerpos y de las energías contenidos en él. Coincidiendo con
una antigua afirmación aristotélica, tampoco el tiempo es nada en sí. Sólo
existe como consecuencia de los acontecimientos que tienen lugar en el mismo.”.
Martin Heidegger. Editorial Trotta S:A. 1999. Traducción y notas de Raúl Gabás Pallás y Jesús Adrián Escudero.
Editorial Trotta S.A. Madrid, 1999. EL CONCEPTO DE TIEMPO. Conferencia
pronunciada ante la Sociedad Teológica de Marburgo, julio de 1924. . Pp 3.